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¿Qué está sucediendo en Isla Salamanca?

El vía parque Isla de Salamanca, una joya natural en el Caribe colombiano a tan solo 15 minutos en carro desde Barranquilla, ha presentado en los últimos años graves afectaciones debido a incendios de los cuales las autoridades no ofrecen explicaciones claras. Durante el gobierno del presidente Iván Duque, se logró la militarización del parque y su priorización en la agenda del ministerio de medio ambiente. Sin embargo, en las últimas semanas, parece que estos incendios se han intensificado. Me atrevo a decir, que el entusiasmo de las entidades responsables de la protección del parque se ha ido diluyendo. Entonces, ¿qué está ocurriendo en el parque?

A pesar de su estatuto legal, declarado sujeto de derechos por la Corte Suprema de Justicia (sentencia 3872 de 2020), el parque no goza de la estricta protección ambiental que le corresponde. La realidad es que el ecosistema del lugar padece una serie de problemáticas, incluyendo deforestación, caza de animales, extracción ilegal de recursos, invasión de tierras y falta de servicios estatales para las comunidades que residen allí.

Este territorio no solo alberga una increíble biodiversidad, sino que también proporciona servicios ecosistémicos cruciales para Barranquilla, ya que los manglares funcionan como una barrera protectora para nuestra ciudad. Ante esta problemática, es imperativo que las autoridades respondan de manera inmediata y coordinada. Hasta el momento, no hemos visto ningún pronunciamiento por parte de la actual ministra de medio ambiente, Susana Muhamad.

Enfrentar este desafío requiere un esfuerzo conjunto entre los gobiernos locales y el gobierno nacional. En primer lugar, es vital fortalecer la prevención y respuesta ante los incendios. Esto implica desarrollar infraestructura destinada a la observación, localización y detección temprana de las columnas de humo e incendios, proporcionar recursos adecuados a los bomberos y fomentar la educación ambiental en las comunidades establecidas en el parque. Además, la aplicación rigurosa de las leyes que prohíben las quemas ilegales debe ser una prioridad, demostrando que la impunidad no tiene cabida cuando se trata de proteger nuestro patrimonio natural y la calidad del aire que respiran los barranquilleros.

En resumen, el ciclo de incendios en Isla Salamanca es una crisis que exige una acción inmediata y concertada. Desde la prevención hasta la educación y la restauración, todos tienen un papel que desempeñar en la preservación de este ecosistema único. La pregunta persiste: ¿hasta cuándo permitiremos que el fuego destruya este tesoro natural? La respuesta debe ser un compromiso firme y sostenido para detener las quemas y salvaguardar la belleza y vitalidad de Isla Salamanca para las generaciones venideras. Como ciudadano hago un llamado respetuoso al gobierno nacional a poner su atención en esta área protegida, no podemos pretender ser una "Colombia potencia mundial de la vida" mientras manos inescrupulosas prenden fuego a este parque, declarado reserva de la biosfera por la UNESCO en el año 2000 y como área de importancia para la conservación de las aves (AICA).

No podría finalizar esta columna sin hacer un reconocimiento a los hombres y mujeres de la Defensa Civil, los bomberos, la policía nacional y de Parques Nacionales Naturales de Colombia, quienes han estado trabajando incansablemente durante varios días para apagar el actual incendio, en medio de las altas temperaturas y el complejo terreno en el que se presentan estas conflagraciones. ¡Gracias!