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Teletrabajo y trabajo híbrido en 2025: ¿Un beneficio o un desafío legal?

El teletrabajo y el trabajo híbrido llegaron para quedarse, pero en este nuevo año 2025 seguirán siendo un terreno en constante transformación. Lo que comenzó como una medida de emergencia durante la pandemia del COVID-19, ahora es una modalidad preferida por muchos trabajadores y empresas. Sin embargo, ¿está nuestra legislación preparada para responder a los retos que esto implica?

Colombia fue pionera en la regulación del teletrabajo en América Latina con la Ley 1221 de 2008, complementada posteriormente por el Decreto 884 de 2012. Estas normativas establecieron las bases para esta modalidad laboral, definiendo al teletrabajo como "una forma de organización laboral que consiste en el desempeño de actividades remuneradas utilizando las TIC como soporte".

Adicionalmente, la Ley 2121 de 2021 introdujo el concepto de trabajo remoto, diferenciándolo del teletrabajo por su carácter completamente virtual, sin necesidad de presencia física en las instalaciones de la empresa.

En la actualidad, aunque las normas establecen un marco general, las empresas y trabajadores enfrentan varios retos que requieren atención:

1. Condiciones de trabajo y Derecho a la desconexión laboral

La Ley 2191 de 2022 estableció el derecho a la desconexión laboral, que garantiza que los trabajadores puedan "desconectarse" de las obligaciones laborales fuera de su jornada. Sin embargo, en la actualidad, todavía es común que algunos empleadores ignoren este derecho, especialmente en modalidades híbridas donde las líneas entre el trabajo y la vida personal se confunden o entrecruzan.

Implementar este derecho requiere un cambio cultural y un monitoreo efectivo por parte de las autoridades laborales. Las empresas deben establecer horarios claros y capacitar a sus equipos sobre la importancia de respetarlos.

2. Costos asociados al teletrabajo

El artículo 6 del Decreto 884 de 2012 establece que el empleador debe asumir los costos relacionados con herramientas, servicios y equipos necesarios para el teletrabajo. Sin embargo, en la práctica, hay confusión sobre qué gastos deben cubrirse, especialmente en modalidades híbridas donde los trabajadores alternan entre su hogar y la oficina.

Es crucial actualizar la normativa para detallar cómo deben ser calculados y reembolsados estos costos, así como definir mecanismos de fiscalización para garantizar su cumplimiento.

3. Seguridad y Salud en el Trabajo (SST)

El teletrabajo no exime a los empleadores de garantizar la seguridad y salud de sus trabajadores. Esto incluye evaluar las condiciones del espacio de trabajo en casa, algo regulado por la Resolución 2886 de 2012.

Actualmente, muchas empresas no realizan estas evaluaciones por falta de conocimiento o recursos, lo que expone a los trabajadores a riesgos físicos y psicológicos. Las autoridades laborales deben reforzar las inspecciones y capacitar a los empleadores en SST para el teletrabajo.

4. Equidad y acceso al teletrabajo

Aunque el teletrabajo ofrece flexibilidad, no todos los trabajadores tienen acceso a las mismas oportunidades debido a limitaciones tecnológicas o falta de infraestructura. Esto afecta particularmente a las poblaciones rurales y de bajos ingresos.

El Estado debe promover políticas que reduzcan esta brecha, como subsidios para conectividad y capacitaciones en habilidades digitales.

Si queremos que el futuro del Teletrabajo en Colombia esté garantizado, el Estado deberá promover las siguientes acciones:

Actualización normativa: Es urgente modernizar la legislación para adaptarla a las nuevas realidades del trabajo remoto e híbrido, abordando aspectos como la distribución de costos, el monitoreo de la jornada laboral y la inclusión de tecnologías.

Fomento de la cultura organizacional: Las empresas deben invertir en capacitaciones que promuevan la confianza y el respeto por los derechos laborales, incluyendo la desconexión y la salud mental.

Fortalecimiento de la fiscalización: Las autoridades laborales deben desarrollar mecanismos efectivos para garantizar el cumplimiento de las normas, incluyendo canales de denuncia accesibles y transparentes.

Inclusión y equidad: Implementar programas gubernamentales que garanticen que todos los trabajadores puedan acceder a las ventajas del teletrabajo sin importar su ubicación o nivel socioeconómico.

Para concluir, en este nuevo año 2025, el teletrabajo y el trabajo híbrido son una realidad que ofrece enormes beneficios, pero también plantea retos legales significativos. Colombia cuenta con un marco normativo que ha sido un buen punto de partida, pero requiere ajustes para garantizar que estas modalidades laborales sean equitativas, sostenibles y beneficiosas tanto para trabajadores como para empleadores. Al final del día, el éxito del teletrabajo no depende solo de la tecnología, sino de nuestra capacidad para construir un entorno laboral justo y eficiente.