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Los crímenes de Netanyahu

Dicen los periodistas que la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. Eso explica el por qué el cubrimiento de las capturas solicitadas por el Fiscal de la CPI ha estado volcado hacia el jefe del Estado de Israel. 

Con lo anterior, no quiero decir que en el conflicto de Gaza unos sean animales y otros humanos (algo que, de hecho, es similar a lo que alguna vez dijo Netanyahu). Más bien, me refiero a algo que ya yo había dicho antes: de los terroristas, se espera que actúen como criminales; del Estado de Derecho, en cambio, no. 

Sin embargo, según el Fiscal de la CPI, el jefe del Estado de Israel se ha puesto a la par de los criminales que pretende combatir. En concreto, afirma que tiene “fundamentos razonables” para afirmar que él y su Ministro de Defensa, Yoav Gallant, han cometido por lo menos los siguientes crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad:

  • El hambre de civiles como método de guerra
  • Causar intencionadamente grandes sufrimientos o lesiones graves al cuerpo o a la salud
  • ⁠Homicidio intencional o asesinato 
  • ⁠Dirigir intencionalmente ataques contra una población civil 
  • ⁠Exterminio y/o asesinato, incluido en el contexto de muertes causadas por el hambre, como un crimen de lesa humanidad;
  • ⁠Persecución como un crimen de lesa humanidad 
  • ⁠Otros actos inhumanos

Una de las partes más duras del comunicado público que emitió la oficina del Fiscal dice lo siguiente:

"Mi Oficina sostiene que estos actos fueron cometidos como parte de un plan común para usar el hambre como método de guerra y otros actos de violencia contra la población civil de Gaza como medio (…) (iii) castigar colectivamente a la población civil de Gaza, a quienes percibían como una amenaza para Israel.

Los efectos del uso del hambre como método de guerra, junto con otros ataques y castigos colectivos contra la población civil de Gaza (…) Incluyen desnutrición, deshidratación, sufrimiento profundo y un número creciente de muertes entre la población palestina, incluidos bebés, otros niños y mujeres.

(…)

Nada puede justificar privar intencionalmente a los seres humanos, incluyendo a tantas mujeres y niños, de las necesidades básicas requeridas para la vida. Nada puede justificar la toma de rehenes o el ataque a civiles."

Los efectos del uso del hambre como método de guerra, junto con otros ataques y castigos colectivos contra la población civil de Gaza (…) Incluyen desnutrición, deshidratación, sufrimiento profundo y un número creciente de muertes entre la población palestina, incluidos bebés, otros niños y mujeres.

Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.

Nada puede justificar privar intencionalmente a los seres humanos, incluyendo a tantas mujeres y niños, de las necesidades básicas requeridas para la vida. Nada puede justificar la toma de rehenes o el ataque a civiles.

Esta es una reacción anunciada. En más de una ocasión, no solo el propio fiscal, sino varios líderes y la comunidad internacional, en general, ha llamado la atención de Netanyahu sobre los excesos en el uso que ha hecho de la fuerza estatal. Él suele descartar estos reclamos diciendo que son ataques motivados por antisemitismo o cálculos geopolíticos e intereses particulares en la región. Y, en ocasiones, tiene razón. Pero eso no le resta razón, de fondo, a este clamor: en la guerra, no todo se vale.  

No es cierto que, con esta decisión, el Fiscal haya tomado partido a favor de Hamás, Palestina ni alguien más involucrado en este conflicto. La captura no se solicita para favorecer a nadie en particular, sino como consecuencia del rechazo general a algo que debería ser repudiado por todos: el uso barbárico de la fuerza en contra de otros seres humanos. 

¿Qué sigue ahora? Según el procedimiento del Estatuto de Roma, el Fiscal no puede ordenar capturas, sino que debe solicitarlas ante los jueces de la Corte Penal Internacional. La Sala de Cuestiones Preliminares tiene competencia para ordenar la detención solicitada por el Fiscal si la encuentra necesaria para (i) asegurar que Netanyahu comparezca al juicio, (ii) evitar que altere la investigación o (iii) prevenir que siga cometiendo los crímenes que se le atribuyen. 

No es claro que los jueces de la Corte vayan a aprobar la captura, ni que ello vaya a ocurrir inmediatamente o tarde un poco. De hecho, lo que ocurra a futuro en la Corte es tan incierto como lo que ocurra en el devenir del conflicto mismo. Pero algo si puede decirse desde ya: con independencia de lo que ocurra con la libertad del Jefe del Estado de Israel, este es uno de los llamados más duros que ha recibido y, con toda seguridad, repercutirá en el apoyo internacional a sus intervenciones militares, así como en la aprobación doméstica de su mandato. 

Al final, es posible que este incidente tenga únicamente un efecto político. Pero eso, en sí, ya es importante. Mantengo que, a diferencia de los líderes terroristas, los gobernantes de los Estados democráticos deben su poder a la legitimidad del mandato que les ha otorgado el pueblo. Se entiende entonces el porqué del alboroto con esta noticia: el fiscal de la CPI ha dado, de un solo plumazo, un golpe más duro al actual Gobierno de Israel que cualquier otro que sus enemigos militares le hayan propinado jamás.