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La vieja política: ¿ya no más?

Son tiempos de cambios, y en las causas proselitistas sí que se están notando. Tener en el sillón presidencial a un representante de las fuerzas alternativas, manda un perentorio mensaje al país sobre el extraordinario giro que en los territorios también se puede suscitar con el manejo del poder.

La política como la conocimos en las últimas décadas, más temprano que tarde está condenada a su extinción. Dignificar su ejercicio y honrar los recursos públicos debe ser finalmente el derrotero.

Y no se trata de venir y tratar a los políticos de toda una vida como leprosos a quienes hay que estigmatizar y apartar socialmente. No faltan los que han cumplido sus funciones con decoro y verdadera vocación de servicio. Recuerden que no todo lo viejo es malo, ni todo lo nuevo bueno. El bandido tarde o temprano paga, pero mientras los procesos y las condenas no aparezcan, es menester ofrecer a todos los actores políticos, tratos dignos e igualitarios. Recuerden que la presunción de inocencia y el debido proceso son derechos fundamentales de todos los ciudadanos.

Ahora, hay cosas mucho más importantes en la política que nuestros gustos y animadversiones, están por ejemplo, las conquistas para el pueblo. Me refiero a la necesidad de construir, a pesar de las diferencias, canales de comunicación que permitan entendimiento en pro del bien común.

Claro, a los políticos tradicionales les costará más trabajo asumir la coyuntura reformista en la que nos encontramos, de hecho, no serán pocos los que insistan en el acostumbrado modus operandi repleto de billete y corrupción para lograr resultados. Pero la incertidumbre y el desasosiego con mayor insistencia, aparecerán en sus reflexiones, pues aunque suene cacofónico, lo cierto es que en las próximas elecciones territoriales, no hay nada cierto.

Pero otros, a pesar de su largo recorrido con los votos, comenzarán a entender el contexto y procurarán por un espacio en la nueva ola electoral. Se sujetarán con inteligencia a la frase de Sócrates: “El secreto del cambio es enfocar tu energía, no en la lucha contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”. Así que no se extrañen si en los comicios venideros, ven a políticos de tradición en listas de convergencia alternativa, e incluso tratando de ponerse a tono con la idea del voto limpio. A esos hay que acogerlos y aplaudirlos.

Importante también que aquellos que se autoproclaman alternativos de vieja guardia, que se acostumbraron a militar en causas fallidas, comprendan esta oportunidad histórica. De ellos se precisa generosidad, no es tiempo de radicalismos. También, que no se deslumbren ante la eventualidad de tener a su lado y como compañeros de luchas, a célebres personajes a quienes siempre tacharon de politiqueros.

Lo paradójico de esto, es que mientras en las redes sociales se sigue atizando la violenta polarización en torno a la política, a muchos les corresponderá irse de “¡Plop”!, como Condorito; con dificultad lograrán procesar los comportamientos “incoherentes” de sus referentes de cara a las próximas votaciones. Pero así son las cosas, los tiempos del blanco y negro en la política caducaron, ahora hay otros matices igual de válidos. Bienvenidos al color.