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Por una Reforma Tributaria que luche contra el hambre en Colombia

Alrededor de las opiniones que se siguen generando en torno a la Reforma Tributaria, se observa que las empresas de bebidas y alimentos, han mostrado su preocupación ante el impuesto que se les iría a colocar. Estas compañías han manifestado que, de ser así, se les podría afectar la misión humanitaria que hacen mensualmente como donantes de la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, ya que, al tener un gravamen, se les hará imposible seguir en esta actividad social de ayuda alimentaria para la sociedad vulnerable.

Además, tanto empresarios como miembros de esta red a nivel nacional, han mostrado también preocupación frente a la disminución del beneficio tributario del 25% que antes tenían de la renta liquida, y que ahora les quedará reducido al 5%.

Por eso, le pedimos al Gobierno Nacional que escuche a la gente que se beneficia con los programas de alimentos, de donaciones, así como lo ha hecho anteriormente el Ministro de hacienda, de quien sabemos que es un hombre conciliador y entiende, pero sobre todo que parte de la empatía de las necesidades de la gente. La idea es evitar que los productores y comerciantes opten por vender sus excedentes de alimentos para consumo animal en vez de donarlos para consumo humano. En tal aspecto, anhelamos que el Gobierno no permita que haya un retroceso en la política de prevención y pérdidas de desperdicios de alimentos.

De acuerdo a la Red de Bancos de Alimentos de Colombia, en el país existen 22 millones de personas que no están comiendo bien, debido a que las circunstancias económicas les han dificultado comer diariamente en condiciones de equidad.  Incluso, afirman que a estos les ha tocado reducir sus porciones de comida, desmejorando así su salud y su validad de vida

Estas cifras siguen siendo desafortunadas, pues según la reciente encuesta “Pulso Social” que realizó el DANE, más de 12 millones de colombianos solo pueden comer 2 veces al día; mientras que 670 mil únicamente prueban alimentos 1 vez al día, lo cual permite entender que si desayunan no almuerzan, y si almuerzan no cenan. Pero, lo más cruel y triste de esta compleja situación es que 51 mil personas en todo el país se van a acostar sin probar alimentos.

El panorama se vuelve más aterrador, cuando derivado de lo anterior, se observa que semanalmente fallecen 5,4 niños menores de 5 años por desnutrición. También, diariamente se halla un promedio de 60 niños menores de 5 años que son diagnosticados con desnutrición aguda moderada o severa.

Por eso, quiero compartirle al país que he tenido la oportunidad de conocer las obras que lidera el Banco de Alimentos de Barranquilla, evidenciando que la labor ha sido clave y fundamental; pues las donaciones que reciben de muchas empresas de alimentos, les permite atender las necesidades mensuales de un millón de personas, de los estratos 1 y 2. De hecho, anualmente, son 29 mil toneladas de alimentos las que recogen y reciben estos centros de acopio como donación. 

Durante la pandemia en el 2020, el Banco de Alimentos del Atlántico, triplicó adelantó una gestión encaminada a aportar y acompañar a más de 70 mil personas vulnerables, entregándoles más de 2 millones de kilogramos de alimentos y artículos de primera necesidad. 

De manera que, ante las nuevas modificaciones que recibiría la Reforma Tributaria por parte del Gobierno luego de los diálogos que surgieron esta semana con los partidos políticos, vemos con positivismo que los incentivos fiscales seguirán manteniéndose para las empresas que realizan donaciones a entidades sin fines de lucro. Esto, no solo garantizará que los bancos de alimentos sigan recibiendo las donaciones sin ningún tipo de limitaciones, sino que fortalecerá también la labor que vienen haciendo estas organizaciones sin ánimo de lucro por garantizar la seguridad alimentaria; de tal manera que se siga sosteniendo la razón de ser de estas donaciones, para seguir beneficiando a las familias más vulnerables en Colombia.