Es muy común en nuestra cultura colombiana apropiarnos de una serie de términos, frases o conceptos que muchas veces no significan nada, u otras veces significan sencillamente otra cosa, o como la del ejemplo que seguidamente expongo y que es el eje central de esta columna, donde el concepto es claro pero no es aplicable a la realidad.

Me refiero a frases como estas:  “Colombia está polarizada”¨; “Esta polarización hasta dónde nos llevara!!”; o: “Debemos buscar consensos para acabar con esta polarización”. Sin embargo, ¿nos hemos preguntado, debatido, si realmente Colombia está ‘polarizada’ como todos los días lo están repitiendo al unísono los medios de comunicación, los intelectuales, la academia, etc?

Hoy, en contra de mí mismo, debo citar lamentablemente una parte de una expresión usada por el nefasto Presidente de la República que tenemos: “La tal polarización no existe”. Sí, así es! Y dos son mis argumentos para afirmarlo categóricamente. Primero, el significado real de dicha palabra, y el segundo, es el resultado de las encuestas que a diario pululan en todo el territorio nacional.

En cuanto al primer argumento, la polarización política (a la que me refiero) los expertos la definen como ese fenómeno de masas, donde sus integrantes se dividen en los extremos políticos reinantes o imperantes, lo que conduce a la desaparición de las minorías. Gráficamente esta definición la podríamos representar de la siguiente manera:

¿Es lo que sucede en Colombia? ¿Hay polarización en Colombia? No creo.

Pasemos al segundo argumento, es decir, el resultado de las encuestas que a diario pululan en todo el territorio nacional. Y que conste que son encuestas de una u otra manera gobiernistas, lo que quiere decir que los resultados reales, verdaderos, deben aún ser más catastróficos para el régimen. Nunca, jamás, un Gobierno había tenido una aceptación popular tan baja, tan paupérrima, como la que representa el actual individuo de la Casa de Nariño.

Esto es, sencillamente vergonzoso para nuestra patria. Ni ese otro individuo llamado Ernesto Samper, con todo su acumulado haber en su momento (Corrupción, dinero del narcotráfico, magnicidio de Álvaro Gomez, muerte misteriosa de la tristemente célebre ‘monita retrechera’, etc ) acumuló tanto rechazo, tanta indignación como la que genera (y lo que es peor, un rechazo ‘in crescendo’) nuestro extraordinario Nobel de Paz, ese que en algún momento, su propia revista, llegó a calificar como el gran Líder latinoamericano, o el Gran Estadista. Nada más alejado de la realidad. Pero como si lo anterior fuera poco, lo más degradante, lo más humillante que le pueda estar pasando al Presidente Santos es que en Venezuela, el tirano Maduro tenga un porcentaje de aceptación mucho mayor que él! Como dice el cantante vallenato Poncho Zuleta en una famosa canción cuya letra describe un despecho: “Eso es como pa´envenenarse uno ve”.

Así las cosas, de todas las encuestas, de lo que la gente dice en las calles, en las reuniones sociales, en cualquier parte de Colombia, se concluye que el 81% de la sociedad civil detesta este gobierno, lo rechaza, no lo quiere, y lo que a ningún Presidente le había pasado en la historia de Colombia, le sucede al actual: Evento público al que asista, es abucheado!

¿Y entonces? ¿Gráficamente como se expresa esto? De la siguiente manera:

Fuente: Encuesta de YanHaas Poll

¿A esto se le llama ‘Polarización¨ de un país’? No señor!! Que así lo quiera llamar esa minoría del 19% es otra cosa! Aquí no estamos ‘de tu a tu’ (50% y 50% de polarización). Aquí lo que existe es una gran mayoría contundente de 38 millones de colombianos que queremos rescatar los valores, principios y dignidad de la patria que este gobierno ha venido vendiendo al mejor postor y que en el 2.018, ese rescate lo haremos realidad en las Urnas, siempre y cuando no nos roben también las urnas!