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Más tecnología, menos atracos

Retomar el control de la seguridad en Barranquilla y el Atlántico, es urgente. Actualmente, el departamento enfrenta retos significativos para hacerle frente al crimen organizado, el narcotráfico y la violencia urbana. La ciudadanía necesita tranquilidad y esta no se logra con solo traer más policías.

No me malinterpreten, es necesario reforzar nuestra Fuerza Pública, pero tenemos que apoyarnos en la tecnología y verla como un gran aliado para el control de delito. Así lo planteo en la política integral que estoy desarrollando desde hace dos semanas y es la segunda de las cuatro patas de la mesa que bosquejo.

En primer lugar, hay que modernizar el alumbrado público del departamento con tecnología tipo led, que consume menos energía y, a su vez, beneficia al medio ambiente. En diciembre del año pasado, la Gobernación entregó la primera vía rural con este tipo de iluminación, la que conecta a Galapa con el corregimiento de Paluato. ¡Pero tenemos que llegar a todos los rincones! Hay que iluminar los barrios, los espacios públicos, las vías (sobre todo las terciarias) y demás espacios que puedan prestarse para atracos o accidentes. Esto ayudará a regresar la sensación de confianza y tranquilidad en los entornos atlanticenses.

Barranquilla demostró que sí es posible, pues ya logró el 100 % de la cobertura en alumbrado público con tecnología led , superando a capitales como Bogotá y Medellín. Su implementación disminuyó las emisiones de carbono, ahorrando hasta un 35 % del consumo de energía, según información de la Alcaldía.

En segundo lugar, en materia de control de delito, es clave contar con más cámaras de vigilancia apoyadas por centros de monitoreo, integrados por personal capacitado en tecnología, que pueda emitir reportes inmediatos a las autoridades. Así, al momento de cometerse un delito, será más fácil la identificación de los posibles delincuentes, con ayuda de un software de reconocimiento facial.

Son muchos los países que utilizan cámaras de vigilancia para el control y la mejora de su seguridad. Entre ellos destacan China, Rusia, Estados Unidos e India. En este último, juegan un papel importante en los esfuerzos del Gobierno para reducir los delitos contra las mujeres. Así se refleja en la investigación “Clasificado: las ciudades más vigiladas del mundo”, de Visual Capitalist, una editorial centrada en temas como los mercados, la tecnología, la energía y la economía mundial.

Pero las cámaras de vigilancia no serán suficientes. Necesitamos drones que sobrevuelen los barrios, sobre todo aquellos identificados como ollas de microtráfico. También, rastrear las llamadas extorsivas y bloquear los celulares que funcionen desde las cárceles. Aumentar la capacidad de vigilancia y control debe ser nuestra prioridad.

Además del uso de la tecnología, será vital implementar medidas como la creación de un Distrito Especial de Policía en Soledad. Al ser esta la tercera ciudad con mayor número de habitantes del Caribe, después de Barranquilla y Cartagena, debe ser priorizada, pues su situación actual de seguridad es crítica. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2023, se cometieron 73 homicidios, mientras que el año pasado, para ese mismo período, se contabilizaron 55, según cifras de la Policía.

Por eso, a través de un Distrito Especial de Policía, fortaleceremos la presencia de las autoridades, que será respaldada por la tecnología, de una manera más eficiente y responsable, para optimizar los procesos de judicialización, tener comunicación directa con el Gobierno Nacional e identificar, de forma más rápida, las situaciones de riesgo. Para ello, necesitaremos capacitar a toda la Fuerza Pública en el uso de estas herramientas y generar alianzas con compañías de software.

Esta estrategia está presente en Buenaventura (Valle del Cauca) y con ella buscan  reducir los delitos, principalmente de extorsión, hurto y homicidio, romper las cadenas criminales, intervenir zonas de miedo y consolidar la confianza social. A través del Plan Integral de Convivencia y Seguridad Ciudadana, las autoridades de dicha ciudad buscan alinear el uso de tecnología con el servicio de la Fuerza Pública y las instituciones dedicadas a la seguridad y convivencia ciudadana.

Para lograr lo anterior, propongo que, parte de los recursos de la tasa de seguridad y convivencia, fondo que administra la Gobernación y que se nutre de los aportes de todos los municipios, se destine a la implementación de estas estrategias. Es hora de robustecer el trabajo de la Policía con los avances tecnológicos para regresar la tranquilidad a los ciudadanos y demostrar que en el Atlántico sí hay futuro.

La próxima semana hablaremos de la tercera pata de nuestra mesa de Seguridad: la judicialización. En la cuadra donde vives, ¿hay cámara de seguridad?

Escríbeme y cuéntame tus ideas: @titocrissien (Twitter).