Desde el bordillo es más sabroso: Alegría, baile y color en Gran Parada Carlos Franco
Los barranquilleros disfrutaron del Carnaval desde el bordillo.
La gozadera fue de principio a fin. El bordillo fue el mejor aliado para que los barranquilleros disfrutaran y bailaran con la tradicional Gran Parada Carlos Franco.
Sin duda alguna, es el verdadero Carnaval del pueblo. Los asistentes se conectaron con los protagonistas, que cautivaron con su talento y espectáculos desde el asfalto.
La gente sintió el sabor del Carnaval a flor de piel. Aplaudieron y motivaron a los 120 grupos folclóricos y más de 400 disfraces que desfilaron desde el Parque Olaya hasta la calle 47.
El disfraz colectivo cada uno con su pájaro, con integrantes de todo el país, México y Francia abrieron el evento, que inició a las 2 p.m., hora en la que estaba previsto su comienzo.
Le siguieron los reyes infantiles del Carnaval de la 44, Laura Ospino y Samuel Quintero, quienes al ritmo de cumbia deleitaron a los espectadores, que los aplaudieron sin parar.
La Casa Distrital de arte le abrió paso a las danzas brasileña y barranquillera que pararon de sus sillas y los bordillos a los asistentes.
Las Marimondas de la Corporación Universidad de la Costa (CUC) entraron en escena en una edición, en la que recibieron un reconocimiento por su vigencia en el Carnaval.
Disfraces como el Joe, Rafael Orozco, Manuel Reyes, el Mosquito, el Mono Jojoy, el 'Descabezao', Diomedes Díaz, los Indios Caribeños, los Centuriones, los más aplaudidos por el público.
Otro de los momentos especiales, fue el paso de los 60 habitantes de la calle que con su Salón Burrero ambulante desfilaron por segunda vez en la Gran Parada Carlos Franco y causaron sensación.
No obstante, el desfile explotó de alegría con el paso de la Reina del Carnaval de la 44, Andrea De Alba. Su sonrisa era desbordada y su felicidad inigualable. Sintió el cariño del pueblo y le regaló besos ilimitados, en compañía de su Rey Momo, Osmán Torregrosa.
"¿Dónde está mi gente de Barranquilla?", era su grito más sentido, el cual fue retribuido con aplausos y alegría por la gente.
El turno siguiente en el desfile fue para la cumbia magistral de los Tulipanes de Puerto Colombia. El movimiento de caderas de las mujeres era mágico y correspondido por el balanceo del sombrero de sus parejas.
Su majestad la cumbia siguió apoderándose de la calle. Los grupos Juventud Costeña y Cumbiamberitos de la Ciudadela impusieron su ritmo e hicieron bailar al público.
La zamba tuvo su protagonismo con la comparsa Bjembe. Movimientos de caderas rápidos y el colorido de sus vestuarios fueron aplaudidos en gran manera.
Fueron 5.4 kilómetros de sabor, alegría y color como le gusta a los 400.000 espectadores que asistieron, desde el bordillo, donde todo comenzó y se disfruta más sabroso el Carnaval.