BabyGym, el exitoso modelo de transformación pedagógica de primera infancia
"Formamos ciudadanos empáticos, con pensamiento crítico y creativo, que comprenden y cuestionan”, asegura la directora Silvia Pinedo.
“Los niños tienen derecho a conocer su cuerpo, a conocer más allá, a vivir la naturaleza, a reconstruir su ciudad y a expresarse a través de múltiples lenguajes”, se lee apenas se ingresa al centro educativo y cultural para la infancia BabyGym.
Este es exitoso modelo de transformación pedagógica, inspirado en el método Reggio Emilia creado en Italia por el pedagogo Loris Malaguzzi, que a diario se imparte en la sede de la carrera 59C #79-136 bajo el liderazgo de su directora Silvia Pinedo Álvarez-Correa.
Allí, en esa edificación vanguardista diseñada por el barranquillero Giancarlo Mazzanti, considerado uno de los arquitectos de mayor renombre en el Siglo XXI, niños y niñas desarrollan sus capacidades a partir de su entorno e imaginación, en la que el juego, la literatura y el arte son herramientas fundamentales.
“Este modelo que nació a partir de la Segunda Guerra Mundial busca transformar la educación, quién es el niño en la sociedad y cómo a partir de allí, empieza a comprender su entorno, de qué forma lo interpreta y cómo va construyendo su conocimiento, su saber, etapa por etapa”, explica esta sicóloga barranquillera con Magister en Educación de Primera Infancia y cuya tesis se enfocó precisamente hace diez años en este modelo transformador pedagógico constructivista donde los niños son los protagonistas.
En este proceso de aprendizaje –explica- el maestro es parte fundamental, y cómo el ambiente juega un rol fundamental en todo el proceso, que los estudiantes van construyendo.
“Buscamos que el niño y la niña conozcan y comprendan a dónde llegan para poder conectar y así edificar su capacidad de pensar, de entender, de crear con el fin de estructurar su pensamiento”, explica en entrevista con Zona Cero.
En esta pedagogía alternativa a la educación tradicional, la ciudad es fundamental, a partir de todo lo que somos, a través de la cultura, las creencias, tradiciones y la ubicación geográfica, y cómo influye en el pensamiento de cada uno de los niños. “Somos una escuela que no le da la espalda a la ciudad”.
La directora de BabyGym asegura que a partir de esa membrana escuela-ciudad que reconoce a los niños como ciudadanos plenos de derecho y de esta forma, se comienzan a conectar como a partir del diferentes formas que tiene el niño de entender, se conectan en diferentes lenguajes para expresarse.
“Los niños son cuerpos, arte y expresión. De ahí que nuestro objetivo es de qué forma potenciamos esa capacidad de comprender, de crear y de estructurar el pensamiento, pero, siempre en forma organizada”.
Como parte de este proceso, la exploración, el juego, el arte, la literatura y la gastronomía, entre otros, son fundamentales.
En BabyGym –agrega- una de las prioridades es ver cómo el niño y la niña van construyendo su propia identidad, reconocerse como parte de un grupo, de dónde viene, dónde vive, con quiénes. A partir de allí empieza comprender que se diferencia de otros a través de las relaciones con los demás.
Pero también, en esta metodología educativa constructivista se basa en la experimentación. “Se vale el ensayo y el error, porque de eso se trata. El niño no tiene que tener de inmediato una respuesta correcta, pero aquí en este proceso donde llega a ese conocimiento, a ese saber, no porque memorizó ni porque se lo transmitieron los profesores, sino porque lo experimentó a través del ensayo y el error.
En esta pedagogía alternativa el ambiente es un factor fundamental teniendo en cuenta que a partir de esa relación con la naturaleza le permite crear procesos de comprensión sobre cuál es el espacio que está habitando.
“Aquí empieza a comprender colores, tamaños, formas, a partir de lo que observa. Que hay flores que son redondas, otras son largas, que no todas son verdes. Todo lo construye a partir de su propia teoría”, explica.
Acorde con el objetivo de Malaguzzi, en este centro educativo y cultural para la infancia en cada uno de los cinco talleres se crean ambientes preparados que invitan al aprendizaje, la experimentación, la comunicación y la investigación.
Por eso el miércoles pasado, durante la clausura del periodo de clases, el colegio realizó una exhibición anual sobre todos los procesos que los niños construyeron desde el primer día cuando ingresaron a la escuela.
“Creemos en la infancia, y que la infancia hay que visibilizarla, hay que respetarla y hacerla partícipe”, asegura.
Para la directora de BabyGym el mayor orgullo de esta propuesta diferente a la tradicional es formar ciudadanos con capacidad creativa y critica.
“Son niños que no tragan entero una explicación, que cuestionan, que preguntan, que censuran porque tienen esa necesidad de comprender y se sienten seguros para hacerlo porque le damos protagonismo”, puntualiza.