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‘Sexo Kink’, de la fantasía a la práctica

Hace poco, la famosa actriz Emma Watson, conocida por su popular papel de Hermione Granger en la saga de películas de Harry Potter, sorprendió  a sus fans  declarándose fanática del ‘sexo kink’ y de otras prácticas más intensas, como el sadomasoquismo.

El ‘sexo kink’ o ‘kinky’ integra otras prácticas sexuales como el fetichismo o el voyerismo. Estos encuentros sexuales están marcados por juegos explosivos en el que se busca experimentar el placer de muchas maneras.

Quienes practican el ‘kink’ lo consideran un despertar de la conciencia, incluso muchas personas lo ven como una forma de identidad. Trabajos de investigación en la Universidad de San Francisco por la psicóloga Jennifer Eve hablan de la ‘comunidad kinky’ y  de la necesidad de ahondar en esta realidad en la que, cada vez, se suman más adeptos.

El sexólogo Christian Martínez explica que esta práctica sexual es considerada no convencional, porque la mayoría de las personas piensan que las relaciones sexuales solo implican besos, caricias y penetración.

“En el ‘kink’, lo que se hace es lo no convencional. La fantasía sexual se lleva a la práctica, se hace realidad. Ahora, hay que considerar que lo que no es tradicional para ti, de repente para otras personas sí lo es. O sea, es relativo, para cada uno el ‘kink’ puede incluir diferentes prácticas de acuerdo con lo que uno cree que no es convencional”, afirma Martínez.

El sexólogo explica que en el ‘kink’ hay tres reglas básicas: Mutuo acuerdo, no causar daño a nadie y sentirse bien con la practica sexual que se esté haciendo.

 “Estas experiencias hace que las personas puedan sentirse libres, despertar su imaginación, sentir nuevos placeres que no caen en el aburrimiento. Así mismo, que se tenga sexo ‘kink’ una vez, no significa que sea así siempre. De repente, nos agradó, nos gustó, la pasamos excelente y de ahí no lo volvemos a usar hasta mucho tiempo después. O sea, esas prácticas no definen mis conductas o mi dependencia de algo para mi vida sexual”, concluye Martínez.

En el ‘sexo kink’ no hay nada establecido, aunque si hay otras prácticas sexuales que se pueden considerar aliadas, como:

El BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo), consistente en una serie de juegos sexuales que parten siempre de la confianza y un consentimiento tácito sobre lo que se va a hacer y su intensidad.

Fetichismo: Esa parte del cuerpo, objeto o material, actúa como método preferido para lograr la excitación sexual.

Fantasías: Juego de roles, disfraces, máscaras, juguetes sexuales, ambientar lugares, tener sexo en sitios no habituales o ambientarlos en una forma no tradicional.

Voyerismo y exhibicionismo: Practicar sexo en lugares públicos o ser testigo de cómo su pareja mantiene relaciones sexuales con otra persona.

Sexo grupal: Las orgías o el sexo en grupo es otra característica del ‘sexo kink’.

Expertos explican que, aunque estas prácticas en conjunto pueden parecer un poco inusuales, no necesariamente es así. De acuerdo con estudios, se encontró que más del 22% de los adultos sexualmente activos participan en juegos de rol, mientras que más del 20% han sido atados y azotados.

El ‘sexo kink’ ayuda a las personas a sentirse mejor y a mantener una salud mental estable. Un estudio descubrió que tanto los practicantes dominantes como los sumisos de BDSM eran menos neuróticos, más extrovertidos, menos sensibles al rechazo, más abiertos a nuevas experiencias y más consientes.

Los amantes del ‘kink’ buscan una inyección de adrenalina, liberarse de prejuicios, estereotipos y tabúes culturales y sociales que les impidan expresar su sexualidad con libertad, a medida que cumplen sus fantasías al lado de su pareja.

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