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En los 30 años del Archivo Histórico del Atlántico

El 9 de diciembre de 2022 fueron celebrados los 30 años de existencia del Archivo Histórico del Atlántico, en el Auditorio Julio Mario Santo Domingo del complejo cultural de la Aduana. Fue un festejo sencillo pero muy significativo, como quiera que estaba de cumpleaños una de las instituciones más importantes en el marco de la memoria local y regional.

Un archivo es un repositorio de una parte de la memoria cristalizada de un pueblo. La memoria objetivada en diversos tipos de fuentes: en prensa, directorios anuarios, censos, protocolos notariales o registros judiciales, entre otras. Las fuentes son memoria objetivada de la cual se extraen los indicios para construir los relatos históricos.

Este archivo se empezó a estructurar a finales de los años 80 y principios de los 90 por un círculo virtuoso compuesto por profesores y estudiantes de la Universidad del Atlántico y por funcionarios del gobierno departamental interesados en la historia.

Una vez restaurada la Aduana de Barranquilla, se reservó en ella un espacio para el funcionamiento del nuevo archivo. Y se trasladó allí todo el material que había sido recogido por los gestores, del cual era muy relevante la documentación notarial y judicial.

Detrás del proceso de creación y desarrollo del archivo han estado presentes unas sinergias entre instituciones departamentales y locales. El afortunado ingreso del historiador Gustavo Bell Lemus a la gobernación, a comienzos de los años 90, fue trascendental para posicionar al archivo y para concederle importancia en un medio que se interesaba cada vez más por la historia. A Bell Lemus se le debe el impulso definitivo para estabilizar la idea. Y el archivo quedó sembrado como una de sus obras de gobierno más relevantes.

La visión del gobernador-historiador fue complementada por el esfuerzo y el entusiasmo de algunos profesores y estudiantes de la Universidad del Atlántico, entre los cuales cabe mencionar a los colegas José Lobo (ya fallecido), Nacianceno Acosta y a varios de los pioneros de la historiografía local, a la sazón alumnos, Sergio Paolo Solano, Luis Alarcón Meneses, Jorge Conde y Jaime Colpas, entre otros.

Este círculo virtuoso también contó con el apoyo de la Cámara de Comercio de Barranquilla y con el de otra institución que ha sido clave en el mantenimiento y desarrollo del archivo: la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta (la CLENA) que, bajo el liderazgo de Cielo Támara, siempre metió mano a favor del reservorio y, en general, de los programas de divulgación histórica, como el que dirige desde hace tiempo en los espacios de la Aduana el colega Jorge Villalón Donoso.

Más allá de los altibajos normales de cualquier institución pública, de las carencias y dificultades que nunca faltan, el Archivo Histórico del Atlántico ha sabido mantener un perfil de buen servicio a la población en general y a los investigadores históricos en concreto.

Ese perfil ha contado con el refuerzo de directores amantes de la historia, como Luis Alarcón, Adelaida Sourdis, Adriano Guerra, Julián Lázaro, entre otros, y el actual capitán del barco, Juan Pablo Mestre, un arquitecto-historiador que le ha puesto mucho corazón al funcionamiento del archivo.

Como consecuencia del trabajo de Juan Pablo se han reforzado las sinergias con el Programa de Historia de la Universidad del Atlántico, con el Laboratorio de Historia de esta institución, con el Programa de Historia de la Universidad de Cartagena y con la recientemente creada Carrera de Historia y Patrimonio de la Universidad del Magdalena. Esta es una buena ruta para fortalecer la influencia y las ventajas del archivo.

La otra ruta de fondo consiste en detectar bien los cuellos de botella internos para continuar avanzando. El camino de la digitalización del material es el mejor posible y es el que utilizan hoy los archivos nacionales e internacionales para preservar las fuentes y para mejorar la calidad del servicio a los investigadores y al público en general. Juan Pablo Mestre ha mostrado mucho interés por seguir este sendero moderno, y todo parece indicar que cuenta con el apoyo de la CLENA y de las demás autoridades.

En consonancia con el proyecto bandera de la digitalización de documentos sería deseable que se impulsara con el mismo ahínco la integración de los materiales del archivo a la red digital mundial, siguiendo los pasos de las mejores bibliotecas y archivos del país y del exterior. Esto sería de gran ayuda para los investigadores y para el público interesado.

Así mismo, y como un camino actual y futuro, no estaría mal seguir mejorando la calidad y amplitud de los espacios del archivo y, sobre todo, los niveles de atención a los visitantes. Un archivero o un bibliotecario comprometidos con la causa del saber y de la historia son claves para orientar la tarea de los investigadores, por su conocimiento profundo de los materiales que están bajo su cuidado.

En las investigaciones que he realizado en el archivo y en la Piloto siempre he contado con el apoyo y la sabiduría de personas como Helkin Núñez, Walter Bohorquez, María Ramírez (prematuramente fallecida) y Enrique Escorcia, entre otros, lo cual me ha facilitado la tarea de hallar los documentos oportunos.

En las manos de quienes está, el Archivo Histórico tiene presente y futuro. El compromiso de la gobernación y de la Corporación Luis Eduardo Nieto Arteta con este patrimonio es indiscutible. Y nada parece perturbar los buenos vientos para seguir navegando.

Solo resta felicitar por los 30 años de existencia del Archivo Histórico del Atlántico a la gobernadora Elsa Noguera, quien ha sabido mantener el compromiso de preservación y mejoramiento de la institución; al nuevo director de la CLENA, Juan José Jaramillo, un entusiasta de la cultura y de la historia que cree en la importancia del archivo; y a Juan Pablo Mestre, un director que ha demostrado mucho afecto por la institución y cuyo esfuerzo ha sido decisivo para mejorar sus relaciones y su posicionamiento en la ciudad, el departamento y la región.

El Archivo Histórico del Atlántico cumplió sus primeros 30 años, como suele decirse, y lo hizo con un acto en que participaron los historiadores Mabel López, Sergio Solano y Milton Zambrano. Que los siga cumpliendo y mejorando es el deseo de los barranquilleros y atlanticenses.

Juan Pablo Mestre, Director del Archivo; Sergio Solano, historiador; Mabel López, historiadora, Milton Zambrano, hisotoriador.