Tener una "experiencia única" al lanzar una moneda a la Fontana de Trevi costará 2 euros

Ver de cerca la Fontana de Trevi, joya del barroco romano y meta para turistas de todo el mundo, y cumplir con la tradición de lanzar una moneda costará 2 euros ($9.413) para "garantizar una experiencia única" a sus más de 10.000 visitantes diarios, una medida que, sorprendentemente, parecen apoyar muchos turistas.

El inesperado anuncio del concejal de Turismo de Roma, Alessandro Onorato, ha levantado una polvareda cuando la capital italiana, la más visitada de Europa en 2023 con 50 millones de turistas, se apresta a recibir otros 30 más en 2025 por el Jubileo. Y el Ayuntamiento quiere tener la medida lista para entonces.

"Queremos garantizar una experiencia única, especial y serena a todos los visitantes, que hoy lamentablemente cuando llegan a la Fontana de Trevi tienen que lidiar con el caos más total", explica a EFE Onorato, al subrayar que el primer objetivo de la entrada es "proteger un monumento extraordinario".

La famosa fuente, una monumental obra del Barroco integrada en la fachada del renacentista 'Palazzo Poli', se podrá seguir viendo de forma gratuita desde lejos, pero quien desee bajar los escalones, observarla de cerca y lanzar una moneda tendrá que reservar una entrada de 2 euros, salvo los romanos, para quienes seguirá siendo gratuita.

Entre 10.000 y 12.000 personas visitan cada día esta fuente convertida en un icono mundial gracias al cine: "Turistas que se apresuran para hacerse un selfi, otros que comen sin preocuparse de no ensuciar a su alrededor y hay quien, para hacerse viral en las redes sociales con un vídeo, decide lanzarse al agua", se lamenta el concejal.

La fuente, levantada en 1762 sobre uno de los acueductos de la antigua Roma por encargo del papa Clemente XII, será accesible a través de un punto de entrada y otro de salida para poder observar los detalles del conjunto escultórico dominado por la imponente representación del mar.

"El dinero recaudado se dedicará a crear nuevos puestos de trabajo, como azafatos y azafatas para gestionar mejor el flujo de visitantes, y proteger el monumento", asegura Onorato.

EFE

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