Una batalla campal entre pandilleros, con armas de fuego, piedras y palos, se presentó a las 2 de la tarde del pasado miércoles, en el barrio La Sierrita, en la localidad Metropolitana de Barranquilla, aprovechando un fuerte aguacero que caía a esa hora en la ciudad.

El enfrentamiento entre los grupos de jóvenes vulnerables se produjo en la calle 55 con carrera 4, dando como resultado un adolescente muerto y otro cinco lesionados, entre estos hay tres menores de edad.

En las calles de los sectores aledaños fueron colocadas, en la mañana de este jueves, vallas para controlar el paso en las llamadas 'líneas imaginarias' que dividen los barrios. También fueron apostados camiones con agentes del Esmad por si se presentan un nuevo enfrentamiento o hay retaliaciones por el ataque.

El fallecido fue identificado como Jaider Eduardo Rojas Arias, de 18 años, quien recibió tres disparos: dos en el lado izquierdo del pecho y otro en la frente.

Los familiares de la víctima contaron que estaba validando el bachillerato en un colegio nocturno y que no era pandillero. "Él estaba bañándose en el aguacero y escuchó el escándalo de la pelea, así que se fue para allá a ver y ahí fue cuando lo atacaron", relató una tía de Jaider, a las afueras de Medicina Legal.

Herido, el joven fue trasladado a la Clínica San Ignacio pero los médicos informaron que ingresó sin signos vitales.

Lesionados

De los cinco lesionados con arma de fuego, tres son menores de edad de 11, 14 y 16 años. El más joven de todos presenta impactos de perdigones en la boca, en el maxilar superior, y fue remitido al Hospital Nazaret; el joven de 14 tiene heridas de perdigones en las piernas y fue internado en el Hospital San Ignacio; al mismo centro asistencial fue llevado el adolescente de 16, quien fue herido con perdigones en el abdomen y el brazo izquierdo.

Los otros dos heridos fueron identificados como Larry Urueta Sandoval, de 18 años, con heridas de perdigones en las piernas, y José Andrés Sánchez Contreras, de 18 años, también herido en las piernas. Ambos jóvenes fueron llevados al Hospital San Ignacio.

La Policía informó que los cinco adolescentes están fuera de peligro y que están en la búsqueda, con ayuda de la comunidad, de los presuntos culpables del ataque.

Cansados de las peleas

Varios habitantes del sector señalaron que 'temen' a la lluvia, porque "cada vez que cae un pequeño sereno empiezan a tirarse piedras, a darse con palos y puñales, o peor, a dispararse con armas de fuego".

En las casas están las marcas de las guerras de pandillas. Se ven los orificios de balas y perdigones en las paredes, las tejas de fibrocemento están agujereadas y por ahí se les cuela el agua cada vez que hay precipitaciones.

"Le pedimos a las autoridades que nos colaboren, porque vivimos en una zozobra, ya que pueden herir o matar a una persona inocente", manifestó uno de los vecinos de La Sierrita.