Los hechos ocurrieron pasada la medianoche de este viernes en un balneario cercano a Taganga conocido como playa Rosita. La tranquilidad que se percibía en el ambiente fue interrumpida por los ladridos de los perros, los animales al sentir personas extrañas en el lugar no paraban de ladrar.

Seguimiento.co logró entrevistar al celador de una obra contigua a la cabaña donde sucedieron los hechos. El hombre también fue víctima del atraco, pues se encontraba en la infraestructura modelo de la obra, ubicada en la montaña de la playa. El vigilante compartía la habitación con uno de los trabajadores de la obra vecina y con su pareja, una ciudadana estadounidense de 42 años.

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“Tipo 12:20 de la madrugada sentimos que los perros ladraron, nos asomamos pero no vimos a nadie. De repente entran por la puerta del baño, que estaba abierta, y dos hombres nos encañonan y nos amarran”, afirma el celador, quien agrega que "otros cuatro hombres estaban con los turistas en la cabaña vecina, sobre la playa".

Al celador, su compañero y la novia estadounidense, los amordazaron y los llevaron a rastras hasta la playa, donde los concentraron a todos.  

"¡Dónde está el dueño!", insistían los atracadores, que estaban armados y se movían de un lado para el otro. El vigilante recuerda haber reconocido entre las víctimas al dueño de la cabaña ubicada sobre la playa, un francés de nombre Philipe, pero nadie dijo nada. Tampoco deja de recordar que varios de los atracadores tenían acento venezolano. 

“Los cuatros delincuentes tenían acento venezolano, preguntaban por el dueño de la cabaña”, insiste la víctima que hizo el dramático relato.

De un momento a otro, los atracadores se llevaron a la extranjera con la que estaba compartiendo, junto a su pareja, la cabaña para dormir.  “A la muchacha la violaron en la terraza de la (casa) modelo, (ubicada en la parte de arriba, en unas cabañas en construcción propiedad de la familia Pizarro) mientras a nosotros nos tenían amarrados y encañonados”, agregó.

La mujer tiene 42 años y es de nacionalidad estadunidense, oriunda de Massachussets. Ella y su compañero, quien trabajaba en la obra, residían en Mínca.

Contrario al reporte oficial, esta víctima del asalto dice que normalmente los extranjeros que llegan a Playa Rosita lo hacen por turismo y no por trabajo. "Ellos pagan una tarifa como de $100 mil y pasan la noche en la playa", dice el vigilante.

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Según el hombre, los delincuentes se llevaron seis millones de pesos, celulares y pertenencia de las personas. 

Seguimiento.co conoció que el francés Philipe comparte la propiedad de la cabaña en Playa Rosita con un ciudadano de nombre Iván Diazgranados, entre otros socios. Mientras que el complejo turístico en construcción unos metros más arriba, donde fue violada la extranjera, es propiedad de la hija del dueño de la clínica Mar Caribe.