Liliana Segovia Navarro.
Liliana Segovia Navarro.
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Liliana salió en su camioneta con sus 2 celulares, tarjetas débito y crédito

El cuerpo de la mujer está en la morgue de Medicina Legal, en Baranoa.

La Policía y la Fiscalía continúan con las investigaciones a fin de determinar quién o quiénes son los responsables del crimen de Liliana Segovia Navarro, la mujer de 36 años que apareció muerta en la mañana del miércoles en una zona enmontada de Tubará, cerca del corregimiento de Cuatro Bocas.

Las autoridades tratan de armar el rompecabezas para resolver su muerte.

Un vídeo de una cámara de seguridad muestra el momento exacto en que ella salió de su casa, en el barrio Boston de Barranquilla, en la camioneta que conducía y la cual sigue sin aparecer.

Esas imágenes quedaron registradas el pasado lunes 28 de febrero, alrededor de las 7 a.m., cuando salió y tomó la carrera 43 rumbo al norte de Barranquilla.

Tras dejar a su sobrino en el colegio, la mujer regresó al apartamento, se llevó sus dos celulares y las tarjetas débito y crédito.

Aún no es claro si la mujer se encontró con alguna persona dentro de Barranquilla y si esa misma la llevó hasta zona rural de Tubará para asfixiarla con una bolsa plástica.

Aunque la Policía tiene la hipótesis de que el crimen estaría relacionado con el robo de la camioneta y del dinero que tenía en sus tarjetas, no descartan otros móviles.

El cuerpo de la mujer fue llevado a la morgue de Medicina Legal, en Baranoa, y su cuerpo será llevado a Mompox, Bolívar, para darle cristiana sepultura debido a que su familia y ella son oriundas de esa población.

Familiares han precisado que Liliana residía con su pequeño sobrino y un hombre de la tercera edad en el apartamento del barrio Boston de Barranquilla.

La mujer se vino hace años atrás de Mompox a trabajar en oficios varios en un apartamento del mismo edificio, en Boston, y allí fue cuando conoció al hombre de la tercera edad, de 93 años, y él le propuso para que lo ayudara con los oficios de la casa y lo cuidara a él, debido a que residía solo.

Llevaban cerca de 15 años conviviendo, según comentaron familiares.

La familia espera que su crimen no quede impune. Catalogaron a Liliana como una mujer "alegre, buena sobrina, buena hija y nunca debió morir de esa manera. Que si la iban a robar que le quitaran todo, menos su vida".