Aracelis Orozco, abuela del menor fallecido. Foto cedida por familiares.
Aracelis Orozco, abuela del menor fallecido. Foto cedida por familiares.
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Zona Cero.

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Hermanita menor de Adolfo se salvó de intoxicarse, “porque no quería Pony sino helado”

Las historias que cuentan familiares y amigos del pequeño, tras la muerte del menor.

En la medida en que pasan las horas, se conocen más detalles de las circunstancias que rodearon la muerte del niño Adolfo Valega Gutiérrez, quien murió en la clínica Adela de Char, presuntamente envenenado por su padrastro, según los señalamientos de familiares.  

Este martes, la familia, vecinos y amigos ahondaron en las circunstancias en que el niño habría sido envenenado. Esos detalles se conocen tras las revelaciones del pequeño Héctor David, el hermano menor de Adolfo, que también consumió la bebida que les brindó el padrastro.

24 horas antes, Néstor Romero Valega, el tío del niño que llegó a Medicina Legal a reclamar el cuerpo, planteó las primeras dudas y señaló, con la experiencia de haber administrado durante 15 años una cafetería estudiantil en un colegio, que un niño no podía morirse por una “Pony pasada”. 

“A lo sumo sumo podría presentar un dolor de barriga”, dijo.

Hoy, en medio del sepelio, se conoció también que Sabel José Beleño Muñoz, el padrastro de los niños, aprovechó la ausencia de la mamá de los niños de 7, 5 y 3 años.

“Ella estaba en la casa (la mamá) pero a la hermana le dio un cólico, entonces salió a la farmacia a comprarle una pastilla”, contó un familiar. 

Sepelio del niño Adolfo Valega

Ya en casa, el hombre, según el relato de la familia, le ofreció la malta a Adolfo, de 7 años, a su hermano Héctor David de 5, y a la niña de 3. Solo que esta, “no quiso Pony”.

“Yo no quiero Pony, yo quiero un helado, decía la niña. Pero si hubiese tomado, también habría muerto”, reseñó un familiar.

En medio del dolor, este martes, Aracelis Orozco, mientras iba en la última banca del bus que la llevó de la casa del barrio Buena Esperanza al cementerio central de Soledad, lloraba pidiendo justicia.

“El caso de mi nieto no puede quedar impune”, lloraba Aracelis.

Habló con Zona Cero del dolor grande que le embarga por este caso que señala sin titubear “fue un envenenamiento”.

Para referirse  a Sabel José Beleño Muñoz, el padrastro del niño, sin titubear, la abuela de Adolfo lo califica como un hombre “sin corazón”.

“Da la cara así como retaste a mis nietos por $2.000 a que se la tomara toda”, señaló la adolorida mujer.

(La foto del menor fallecido fue cedida por los familiares, con el consentimiento para su publicación)

Sepelio del niño Adolfo Valega