Conmovedor y desgarrador eran los llantos de los niños que acompañaron este martes al cementerio central de Soledad los restos mortales del pequeño Adolfo Valega.

Como los adultos, pedían justicia por la muerte del niño de solo 7 años.

El pequeño Adolfo y su hermanito Héctor, de 5 años, tras sentirse mal y registrar vómito y diarrea, fueron llevados de urgencia a la Clínica Misericordia, y luego a la Adela de Char. 

La sintomatología la comenzaron a sentir después de tomar la bebida que les dio el padrastro por eso al principio no se pensó y no habían evidencias de envenenamiento.

Milton Jiménez, abuelo del pequeño contó a Zona Cero que inicialmente "había sospechas de que era intoxicación y le echaban la culpa a la Pony Malta que supuestamente estaba pasada".

Sin embargo, la sospecha de algunos familiares se hizo evidente cuando el pequeño Héctor que estaba en UCI reaccionó el domingo y contó cómo fueron los hechos.

"El padrastro lo llevó supuestamente a comprar la Pony y dice (Héctor) que por el vidrio del retrovisor del carro, él cuenta en su inocencia, que le estaba echando miel de abeja y pimienta. Nos imaginamos que puede ser eso lo que él dice", señaló Milton.

Narró que "los niños se tomaron inocentemente la Pony mezclada, porque hasta les dijo que compitieran por 2.000 pesos que el que terminara primero se los ganaba".

En el momento de los hechos, la madre del niño se encontraba en la farmacia comprando unos medicamentos.

Tras la necropsia, según el abuelo de Adolfo, en la botella de la bebida se encontraron rastros de raticida y el dictamen de los médicos es "muerte por envenenamiento".

Esto, según contaron familiares, era parte del plan macabro de Sabel José Beleño Muñoz, padrastro del menor. El hombre fue detenido el domingo, pero por no haber evidencias, quedó en libertad.