Armados con piedras, cuchillos, palos y algunas veces con armas de fuego, en su mayoría hechiza, los integrantes de las 109 pandillas que tiene Barranquilla salen a enfrentarse cada vez que llueve en la ciudad. Estos jóvenes que se agrupan tienen ‘objetivos absurdos’ tales como disputarse por territorios, o por tener diferencias en algunas cosas.

Además de enfrentarse bajo la lluvia, también lo hacen en eventos de picós, donde son frecuentes sus disputas. Esta problemática se ve más en los barrios del suroccidente, suroriente y la localidad metropolitana de Barranquilla.

Estos enfrentamientos han sido un dolor de cabeza para la comunidad y las autoridades porque ocasionan daños y generan pánico. Este año, han muerto aproximadamente 12 personas por estas disputas de jóvenes.

En el mes de febrero comenzaron las muertes de estos jóvenes. El primero fue Jairo Aguirre Cera, conocido como Juanito, 19 años, quien hacía parte de una pandilla del barrio El Bosque conocida como Los Gama Alta, que fue asesinado por un integrante de la pandilla Los Relajaos, aparentemente por un problema de líneas imaginarias.

En abril, nuevamente el barrio El Bosque fue el escenario para que dos pandillas se enfrentaran a piedras y balas. En esa disputa Zuleima Paola Rojas Mejía, de 37 años, recibió una bala perdida que le causó la muerte.

También en abril, fue asesinado Paul Alberto Polo Rángel, de 18 años, en medio de un enfrentamiento de las pandillas Los 30-30 y Los Tremendos en el barrio Rebolo, suroriente de Barranquilla. En este hecho quedó herido Jefferson Torres, y un menor de 16 años conocido como El Lobito, quien fue asesinado meses después.

Juan Diego Urrego Restrepo, alias El Paisa, quien hacía parte de Los 30-30 fue asesinado por dos hombres de otra pandilla que iban a bordo de una moto. En el barrio Rebolo los delincuentes le dispararon en varias oportunidades causándole la muerte. El hecho ocurrió en mayo.

En un día del mes de junio cuando caía un fuerte aguacero en Barranquilla, en el barrio Las Gardenias, dos pandillas comenzaron a enfrentarse, y un perdigón de escopeta le ocasionó la muerte a Angelo De Jesús Monsalve.

En el barrio Santo Domingo fue asesinado en el mes de junio Jefry Rafael Hoyer Rodríguez, conocido como El Pepy, miembro de la pandilla Los Petulantes. Fue asesinado a machetazos cuando intentó ingresar a una vivienda a robar un celular.

En agosto fue asesinado Antony Jesús Sierra Vergara, de 24 años, miembro de la pandilla Los Relajaos y fue atacado a bala por integrantes de Los Gama Alta, en el barrio El Bosque.

Y en esta última semana fueron asesinados cuatro integrantes de pandillas en el suroccidente de Barranquilla. El viernes 14 de octubre Eduardo Luis Bolaño Rebolledo, quien había pertenecido a la banda Los Adolescentes en Las Malvinas recibió una golpiza por parte de varios integrantes de Los PVC para vengarse por dos heridos que había dejado una disputa el día anterior. Bolaño murió 6 días después en el Hospital General de Barranquilla por los golpes y heridas ocasionadas con puñal.

El martes 18 de octubre, Kevin Batlle Becerra, un joven estudiante de locución fue la víctima mortal del enfrentamiento entre Los Paragüitas y Los Parcas, tras intentar mediar en unos enfrentamientos y recibió puñaladas y balazos por parte de los integrantes de Los Parcas. Este hecho se registró en los límites de los barrios Los Olivos y La Pradera cuando caía un fuerte aguacero sobre la ciudad.

Al sepelio de Kevin asistieron amigos, conocidos y familiares, entre ellas Bella Rosa Celín Canedo, una menor de 13 años que fue asesinada el jueves 20 de octubre en el barrio Los Olivos II en medio de una riña con dos hermanas por un hombre conocido como El Chino, miembro de Los Paragüitas. La menor hacía parte de un grupo llamado Los Galácticos.

El 21 de octubre fue asesinado Rony Alberto Aguirre Pérez, conocido como El Mono, miembro de Los Paragüitas, cuando se dirigía con su hermano a la casa de Bella a dar el pésame a sus familiares. A pocas calles, fueron interceptados por varios integrantes de Los Galácticos quienes le reclamaron por no defender a Bella.

Esta problemática ha venido afectando a los barrios del suroccidente y suroriente que son de bajos recursos. Por la cifra de las víctimas mortales, la mayoría se registraron en los barrios del suroccidente.

De acuerdo con el psicólogo Ronald Acacio, hay varios elementos que provocan que esta situación se haya vuelto complicada.

“El fenómeno de las pandillas no es nuevo. Los grupos son una cuestión natural que son necesarias dentro del desarrollo de los niños y jóvenes, sino que a esto se le suma ciertos elementos como lo son el rechazo en el hogar, la vida fácil, la tentación al uso de drogas y alcohol, y la situación socioeconómica en que viva el joven”, dijo el profesional de la psicología.

Para tratar de solucionar esta problemática dijo que “el Estado debe aplicar correctivos normativos, pero que haya un proceso de intervención sicosocial. Hay que enseñarle a estos muchachos que los grupos no solo son para delinquir sino para desarrollar sus habilidades para alejarlos de esos enfrentamientos”.

Para una socióloga que trabaja para el Fondo de Seguridad y Prevenciòn Ciudadana del Distrito, el problema que tienen estos jóvenes es porque quieren mostrarse importantes.

“Este problema es de visibilidad y vinculo, lo que uno ve es que hay una necesidad de pertenecer, de mostrarse, de tener identidad. Las pandillas es todo un proceso de vínculos, aquí lo que hay es que reducir las agresiones y las riñas”, indicó.

Pero ¿Qué pasa en el suroccidente?, la socióloga dijo que “esto no pasa en los barrios de altos estratos. Aquí uno ve muchachos que no tienen espacios para expresarse, por eso buscan grupos para participar. Aquí los padres deben tener más cuidado porque el Estado no puede meterse a criar a sus hijos”.

Sepelio de Bella Rosa

La menor de 13 años fue sepultada en la tarde de este sábado en el cementerio Calancala donde asistieron decenas de amigos para darle su último adiós. Para este cortejo fúnebre que partió desde la casa de Bella Rosa estuvo un dispositivo de seguridad por parte de la Policía para evitar enfrentamientos entre grupos de pandillas.