José Soto, paciente fármaco de urgente atención que dejaron en el aire
Historia clínica reporta ingreso por “intoxicación por droga”, aun así nada justifica maltratos recibidos en Hospital de Puerto Colombia y por agentes de la Policía. Se perdieron 5 horas y 29 minutos para atenderlo y evitar su estado comatoso.
Historia clínica reporta ingreso por “intoxicación por droga”, aun así nada justifica maltratos recibidos en Hospital de Puerto Colombia y por agentes de la Policía. Se perdieron 5 horas y 29 minutos para atenderlo y evitar su estado comatoso.
Jorge Mariano Rodríguez
“Intoxicación por droga (cocaína)”, así reza el motivo de la consulta, en la Clínica General del Norte, luego que el joven José Ricardo Soto López fuese trasladado desde el Hospital de Puerto Colombia.
Al momento de su ingreso a la Clínica, José Ricardo es descrito como un paciente masculino, de 22 años de edad, “con antecedentes de consumidor de droga (hace 3 años)”.
Según el reporte, desde las 12 del mediodía del 23 de mayo, cuando ocurrieron los hechos, José Ricardo registró un cuadro clínico caracterizado por el consumo de droga (cocaína) y quien progresó con desorientación, Taquicardia, Taquipnea, Diaforesis e Hipertensión, a lo cual se sumó la versión de un familiar que refirió que el paciente se encontraba consumiendo droga desde hace 2 días.
La Taquipnea “es el nombre que recibe el incremento de la frecuencia o ritmo respiratorio. Esta frecuencia alude a la cantidad de respiraciones (inhalaciones y exhalaciones) que una persona realiza en un cierto periodo temporal”.
La Diaforesis “es el término médico para referirse a una excesiva sudoración y profusa que puede ser normal (fisiológica), resultado de la actividad física, una respuesta emocional, una temperatura ambiental alta, síntoma de una enfermedad subyacente o efectos crónicos de las anfetaminas”.
Como consecuencia de lo anterior, José Ricardo Soto presentó dramáticas convulsiones que, incluso, quedaron registradas en el video que muestra todo lo que le sucedió desde el mismo momento en que dos agentes de la Policía Nacional lo llevaron hasta el Hospital de Puerto Colombia.
Precisamente, independientemente de las causas de su cuadro clínico, lo que nadie justifica es el maltrato por las graves omisiones por parte de los dos agentes de la Policía. Y peor aún, por la absoluta negligencia médica del personal que a esa hora se encontraba de turno en el Hospital de Puerto Colombia. La obligación era atenderlo pronta y eficazmente, sin discusión alguna.
En el primero de los casos se muestra como, desde el mismo instante en que llega al Hospital, el joven es maltratado por los agentes. José Ricardo cae en plena vía pública, detrás de un “zapatico”, que poco antes estacionó frente al Hospital.
Los agentes ni siquiera se percataron o por lo menos no hicieron lo posible para que fuese atendido de inmediato, es decir, a la 1:18 de la tarde de ése sábado 20 de mayo, de acuerdo como lo registran las cámaras de seguridad.
Por el contrario, en presencia de ellos José Ricardo es ultrajado por quienes aparentemente eran sus “amigos”. Los agentes no intervinieron para nada. En medio del drama que padecía el joven, los policías entablan una amena conversación con dos de los “amigos”, identificados como “los gorditos”, que habían llegado en una camioneta Hilux.
Tan amena es la conversación que uno de los “amigos”, con toda la confianza del caso, sube tranquila y abusivamente su pierna derecha sobre la moto oficial, como si se tratase de su propiedad. Es la misma persona que luego se dirige a la camioneta, saca “algo” de ella y se lo mete al bolsillo.
Tan negligente fue la actuación de los policías que también permitieron que José Ricardo fuese sacado bruscamente por sus “amigos” del Hospital, sin haber sido atendido, para subirlo a la camioneta Hilux
De inmediato los agentes van hasta la camioneta y al regresar uno de ellos abre el pequeño baúl de la moto, introduce “algo” y desaparecen del sitio.
Luego, regresa el vehículo y su “mejor amigo” saca violentamente a José Ricardo, hasta arrastrarlo en la sala de espera del Hospital, ante la vista de todos los allí presentes.
Allí comienza a convulsionar, delante de enfermeras y personal médico de turno. Lo más indignante es la actitud de un médico, con uniforme rojo, que se pasea varias veces y observa el estado en que se encuentra el joven, sin hacer absolutamente nada para atenderlo.
La crisis de José Ricardo fue aumentando y sus convulsiones son cada vez más fuertes, al extremo que logra llegar hasta la parte baja de las cuatro sillas de espera. Ahí sigue convulsionando por largo rato sin que enfermeras ni médicos, que lo están observando, hiciesen algo para atenderlo. Negligencia total y grave omisión médica por parte del Hospital, totalmente injustificable, indignante y reprochable.
Finalmente, José Ricardo fue forzado desde la parte baja de las sillas donde se encontraba convulsionando, indefenso, para ser llevado a una camilla. Esto ocurrió a la 1:30 de la tarde, según el registro horario de las cámaras.
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Pero el hecho de ser llevado a una camilla no significó su atención, ante lo cual sus familiares decidieron trasladarlo hasta la Clínica General del Norte, donde ingresó a las 6:47 de la tarde del mismo sábado 20 de mayo.
Según Alex Capell Hernández, corresponsal de Atlántico en Noticias, el personal de turno ese día en el Hospital de Puerto Colombia era siguiente: Federico Torres, (Médico); Kira Cepeda, Jenny Tejera y Ángela Franco (Enfermeras); Eddie Mendoza (portero) y Hugo Maury. Federico Torres es el Médico, vestido de rojo, quien observó permanentemente el cuadro convulsivo de José Ricardo Soto, sin hacer absolutamente nada.
Lo cierto es que en este caso transcurrieron 5 horas y 29 minutos desde que fue llevado al Hospital de Puerto Colombia hasta que finalmente fue trasladado a la Clínica General del Norte, tiempo más que suficiente para recibir la adecuada atención médica. Pero, por las omisiones médicas y los maltratos recibidos, en Puerto Colombia, hoy permanece en coma.
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