Un plástico para proteger el ataúd de la lluvia: la triste escena de un sepelio como sacado de una novela de García Márquez
Ocurrió el pasado lunes en Palmar de Varela.
Un video viral por redes sociales muestra la escena de un sepelio que parece más una imagen de una novela de Gabriel García Márquez.
La tristeza en el entierro de Euclides Díaz de 83 años se hizo más profunda por el aguacero de tres horas que cayó en la tarde del lunes en Palmar de Varela.
Las lágrimas de familiares se ocultaban con la lluvia, y los llantos se apagaban por la tormenta eléctrica.
Ese día, en medio de la ceremonia religiosa, comenzó la tormenta y la familia debía seguir con el ritual para darle cristiana sepultura al adulto mayor.
Ana Dolores Polo, la mujer que grabó el video contó al Canal RCN que la escena le conmovió y más aún, cuando vio el ataúd forrado en plástico para protegerlo de la lluvia.
El lento cortejo fúnebre lo encabezaba una joven que llevaba una corona. Tras ella, los hombres que cargaban el ataúd en sus hombros y los que llevaban el plástico para proteger el cajón.
Ernelda Díaz, hija del fallecido contó que cuando el cortejo fúnebre salió de su casa, "no estaba lloviendo".
“En medio de la misa comenzó a serenar y cuando el padre nos despidió, comenzó el aguacero. Esperamos pero nunca escampó, la gente decía que lo tapáramos con un plástico porque se iba a hacer de noche. La iglesia se llenó agua. Salimos con aguas negras a la cintura, todos con el pero asustados que no se fuera a dañar el cajón”, recordó.
Sin embargo la escena del video no fue solo en un tramo corto. Fue en todo el recorrido y hasta terminar en el camposanto. Fue estresante y temeroso el recorrido para los dolientes que temían caer en un hueco.
"Cuando llegamos al cementerio, pensamos bajarlo pero no pudimos. El agua del cementerio también nos daba por las rodillas, igual que la bóveda donde lo íbamos a enterar”, contó su hija.
Don Ecuclides llegó al departamento del Atlántico procedente del Carmen de Bolívar. Tres de sus trece hijos fueron asesinados y no le tocó más que salir del pueblo. Primero se instaló en Barranquilla y luego en Palmar de Varela.
Finalmente, la familia de don Euclides debió esperar que bajara el nivel del agua para meter el ataúd en una bóveda.