¡Insólito! Empresa que fracasó con dragado la volvieron a contratar para el puerto de Barranquilla
La EDC incumplió con dos dragas, se fue de la ciudad y Cormagdalena no le aplicó ningún tipo de sanción.
El dragado en el puerto de Barranquilla parece haber cambiado de ‘cuento chino’ a ‘cuento belga’.
Por un lado, con un consorcio chino (Shanghai - Ingecon) que no cumplió con la meta contratada para lograr un calado operacional de 10,20 metros.
Y, por el otro, con la compañía belga European Dredging Company Sucursal Colombia (EDC) que en la época reciente fracasó con el dragado contratado, dejó abandonado el trabajo, pero Cormagdalena no le aplicó ningún tipo de sanciòn, procediendo a contratar esa misma labor con otra empresa. Y ahora la vuelven a contratar.
Con la EDC la nefasta historia se remonta a la Resolución 000164 del 11 de junio de 2019, cuando le fue adjudicado el contrato de obra No. 0-0139-2019, por valor de 2.992 millones 504 mil 864 pesos, para la remoción de 226.895 metros cúbicos de sedimentos, por el término de un mes.
El objetivo era lograr profundidades de 12,49 metros para poder establecer un calado operacional de 10,20 metros.
Para esta labor, la compañía dispuso la draga ‘Francis Beaufort’, con capacidad en tolva de 11.300 metros cúbicos.
La draga inició labores el 4 de julio siguiente, pero de manera intermitente, hasta que el 13 de julio suspendió definitivamente sus labores debido a que tocó fondo en la zona próxima al tajamar oriental y sufrió una avería en el casco.
La embarcación fue llevada a zona marina para ser revisada, mientras el dragado quedaba paralizado.
Finalmente, la EDC decidió traer otra draga, la ‘Medway’, la cual ni siquiera pudo ingresar al canal de acceso, por “problemas de maniobrabilidad”.
Ante ello se procedió con un fondeo en el área externa (de Bocas de Ceniza) para adelantar las inspecciones del caso por parte de la autoridad marítima. Tras las inspecciones subacuáticas y verificaciones técnicas, con participación de buzos expertos, se confirmó que la embarcación tenía una restricción para su maniobrabilidad por el costado de babor, novedad que fue advertida cuando apenas se disponía a ingresar al puerto de Barranquilla.
Así las cosas, el trabajo quedó suspendido y al final la propia EDC le solicitó a Cormagdalena la terminación de mutuo acuerdo y liquidación bilateral del contrato, atendiendo a la imposibilidad material en la que se encontraba para cumplir con el objeto del mismo “por el acaecimiento de circunstancias” que denominó “fuera de control razonable del contratista que causaron inconvenientes en la ejecución del contrato”.
Lo que llamó la atención de este episodio fue el hecho de que, pese a incumplir abiertamente el contrato, Cormagdalena acogió la petición de la EDC para “no incurrir en discusiones y procedimientos jurídicos relativos al cumplimiento contractual, reconocimientos dinerarios, existencia de sujeciones materiales imprevistas o eventos de fuerza mayor, entre otros”.
Así las cosas, Cormagdalena y la EDC suscribieron acta mediante la cual quedó completamente liquidado y a paz y salvo el contrato de obra No. 0-0139-2019.
Adicionalmente, las partes renunciaron de manera expresa a cualquier reclamación administrativa y judicial de índole contractual o extracontractual, en relación y/o con ocasión a la suscripción, ejecución, terminación y liquidación bilateral del contrato, incluyendo, entre otras, el cobro de la cláusula penal, el cobro de indemnizaciones y en general cualquier cobro atribuible al contrato de obra No. 0-0139-2019.
Con ello, el contratista, que incumplió y dejó abandonado el puerto, no solo quedó ‘a paz y salvo’, sino que, además, quedó plenamente habilitado para seguir contratando con el Estado y Cormagdalena en particular, pese al grave perjuicio que le causó a la ciudad.
Que es, precisamente, lo que acaba de ocurrir.
En otras palabras, la EDC no solo fue castigada por el flagrante incumplimiento, sino que resultó premiada con el contrato que le acaban de adjudicar por valor de 13.418 millones 715 mil 306 pesos, por el término de 3 meses.
Ante el rotundo fracaso Cormagdalena tuvo que recurrir a una contratación adicional dentro de las mismas condiciones, con la compañía Van Oord Dredging and Marine Contractors BV Sucursal Colombia, que dispuso para tal efecto la draga ‘Lelystad’, en momentos en que el calado operacional se había reducido a 7,8 metros debido, precisamente, a la falta de dragado por el incumplimiento del anterior contratista, es decir, EDC.
Tras cumplirse este ciclo comenzó el del Consorcio Shanghai - Ingecon al cual Findeter le adjudicó dos contratos, uno por 12.840 millones 271 mil 216 pesos y otro por 22.873 millones 890 mil 947 pesos, para un total de 35.714 millones 162 mil 163 pesos.
El objetivo era el mismo: profundidades de 12,49 metros para un calado operacional de 10,20 metros. Pero no se logró y el calado quedó ‘en chino’.
Es de anotar que los recientes dragados contratados en el puerto de Barranquilla, incluyendo este último con la EDC, totalizan la suma de 74.704 millones 130 mil 892 pesos. Los contratos han terminado ‘a paz y salvo’, pero el las profundidades para el calado operacional esperado de 10,20 metros no se ha logrado.
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