La Rectoría de la Universidad del Atlántico expresó su enérgico rechazo a los actos vandálicos registrados este lunes en la institución.

Lo que aparentaba ser una ‘protesta pacífica’ terminó convirtiéndose, nuevamente, en una acción vandálica, atentando contra la infraestructura universitaria y poniendo en riesgo la integridad del personal.

La presencia de los vándalos tuvo su punto más crítico cuando las puertas de vidrio de acceso a la Rectoría fueron reventadas con piedras. Y seguidamente fueron lanzadas bombas incendiarias contra el personal de vigilancia.

La situación se ha vuelto recurrente y por ello la institución se pronunció de la siguiente manera:

“Ante los sucesos ocurridos en la tarde de hoy, en el que hubo enfrentamientos entre la fuerza pública, estudiantes y encapuchados, al interior y en las vías aledañas de la institución, luego de la convocatoria de una protesta pacífica y que terminó en la demolición violenta de la puerta principal de acceso a las oficinas de la Rectoría, la Universidad del Atlántico, establece, categóricamente, su posición de rechazo frente a estos mecanismos por las vías de hecho, que se justifican en la supuesta defensa de la autonomía universitaria y de solidaridad con otras instituciones de educación superior en el interior del país, pero que terminan poniendo en riesgo la seguridad de la comunidad uniatlanticense y en ocasiones, a los sectores aledaños a esta. 

“Comprendemos que organismos como el ESMAD o la Policía Militar están llamados a mantener el orden público, siempre y cuando el despliegue de su accionar no ponga en riesgo la integridad de la comunidad universitaria, ni de las personas que alrededor se encuentren, por lo tanto, estamos claros respecto a que las alternativas de contención deben ser consideradas bajo la prudencia y la mesura que permitan retornar la calma y la tranquilidad sin lesión alguna. 

“Desde la Universidad del Atlántico hemos mantenido siempre a disposición de garantizar el correcto ejercicio de la protesta, por lo tanto, rechazamos las acciones violentas ejercidas por cualquier actor, pues finalmente, la violencia redunda en un detrimento de la integridad de las personas y de las instituciones. 

“Institucionalmente, se hace un llamado a la unión, al respeto, al diálogo y la búsqueda de mecanismos alternativos para sentar posiciones en defensa de la educación superior pública, así como a no permitir que la violencia nos desvíe del camino de la reconciliación y la no repetición.

“Es el momento para que desde la academia se propongan procesos de transformación social y se establezcan mecanismos que contribuyan contundentemente al crecimiento de las instituciones de educación superior pública”.