“Eliminar vertimientos es necesario para saneamiento ambiental”: CRA
El Director Alberto Escolar resaltó impacto ambiental y social de la estación El Porvenir en Soledad.
Los cuerpos de agua del país, durante años han sido utilizados en dos vías; primero como fuente de suministro de agua para potabilización y consumo humano; segundo como receptor de aguas servidas. Este último factor es la principal causa de contaminación que afecta la mayoría de los sistemas.
Así lo aseguró enfáticamente el director de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico CRA, Alberto Escolar Vega.
Señaló que al hacer un balance sobre el aporte de carga orgánica a los cuerpos de agua en el departamento del Atlántico, “encontramos que esta zona del país no es ajena a la problemática de los históricos vertimientos de aguas residuales domésticas sobre sus humedales, ocasionando un evidente impacto negativo en sus procesos de conservación. Los datos son históricos y de alto impacto; por ejemplo, en la franja oriental del departamento es donde se concentra la mayor población, y por décadas los municipios han vertido sus aguas servidas a los humedales”.
La demanda bioquímica de oxígeno, la presencia de sólidos suspendidos totales y factores microbiológicos asociados a las descargas de aguas residuales domésticas, han sido una constante. Así, el municipio de Luruaco se convierte en uno de los mejores ejemplos de esta situación, con la complejidad de que la laguna ha sido fuente de suministro de agua potable y esto conduce por consiguiente a la disminución de la disponibilidad del líquido.
Según el Director de la CRA, en esa población, son alrededor de 30 mil habitantes que se alimentan de la laguna de Luruaco y hacen que en época de estiaje sus niveles desciendan drásticamente por cuanto depende solamente de las aguas lluvias. Sin embargo, destacó el oportuno proyecto que anunció la Gobernación del Atlántico para trasladar la bocatoma de Luruaco hacia el Canal del Dique.
Para mejorar la condición hidrológica de la laguna, actualmente, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico interviene los arroyos Limón y Negro, que permitirá disminuir la sedimentación, ayudando a que durante la temporada de lluvias del presente año tenga una mejor condición. Adicionalmente, se adelanta un dragado en el cuerpo de agua.
“Frente a esta grave problemática que data de años, se han venido haciendo esfuerzos importantes por parte de las autoridades departamentales en aras de avanzar en los procesos de saneamiento ambiental. La pregunta es, ¿son estos esfuerzos suficientes o deben ir en concordancia a otra serie de acciones de los entes territoriales?”, anotó.
De acuerdo con Escolar Vega, parte de esta respuesta se obtiene al hacer una revisión de las acciones que se han enfocado hacia la eliminación de vertimientos, “incluso en la ciudad haciendo referencia a Barranquilla, recordando que la Corporación en convenio con el Ministerio de Ambiente y el Distrito, en su momento trabajaron para lograr el saneamiento de los caños, removiendo las descargas de aguas residuales domésticas del sistema a través de unos colectores e interceptores y un emisario subfluvial directamente hacia el río Magdalena, permitiendo la reducción de la carga orgánica aportada al sistema de caños, los cuales recibían un aporte de vertimientos por 5 m2 por segundo de aguas residuales domésticas”.
Explicó que en el caso de Soledad, uno de los municipios más importantes de la cuenca por su densidad poblacional, alrededor de 600 mil personas, durante muchos años las aguas residuales domésticas se vertían no solamente a los arroyos internos, sino al caño del municipio y sistemas de ciénagas aledaños.
“En esta población, con la puesta en funcionamiento por parte de la CRA de la Estación de bombeo El Porvenir y el colector de Manuela Beltrán, además de las obras complementarias conjuntamente con la Gobernación y el municipio, se logró remover más del 85 por ciento de los vertimientos a esos cuerpos de agua y que actualmente son conducidos mediante una línea de impulsión luego de un pre tratamiento de la estación El Porvenir. Hoy se encuentra resuelto el problema de los molestos vertimientos tanto a los arroyos internos como al caño del municipio, convirtiéndose esta obra en una de las de mayor impacto ambiental y social”, destacó el funcionario.
También resaltó el esfuerzo que se viene haciendo con el Plan Departamental de Aguas, con un significativo avance en cuanto a obras de tratamiento de aguas servidas en los municipios, aunado a un plan de ejecuciones que se encuentran enfocadas a la solución de esta problemática. Para el caso de Malambo, que es uno de los municipios más aportantes a sus humedales, con alrededor de 120 mil personas que vierten a la ciénaga el convento ya está en proceso de licitación por parte de Gobernación del Atlántico, la planta de tratamiento de aguas servidas PTAR, que sin duda reducirá el impacto que recibe la ciénaga.
“La construcción, ampliación y optimización de la infraestructura de saneamiento básico y ambiental en el casco urbano de los municipios de la zona nororiental del departamento del Atlántico, con el propósito de reducir la principal fuente de contaminación orgánica de los cuerpos de agua, se traduce hoy en importantes obras que ya han sido ejecutadas por la CRA”, recalcó
Una de ellas es la construcción de Sistema Estación De Bombeo y Pretratamiento del municipio de Palmar de Varela, sumado esto al sistema de diques de Palmar, Santo Tomás y Sabanagrande. Así mismo, se construyó la laguna de estabilización del municipio de Baranoa, con sus respectivas estaciones de bombeo y línea de impulsión.
En aras de minimizar los impactos sobre los humedales del Atlántico, la autoridad ambiental también ha trabajado en la construcción de las lagunas de tratamiento de los municipios de Campo de la Cruz, Manatí, Suan, Luruaco y Repelón.
“En la tarea para lograr el mantenimiento de los cuerpos de aguas se han tenido que implementar acciones permanentes, abarcando incluso corregimientos. Es el caso de las obras de recuperación de las condiciones hídricas e hidráulicas de las Lagunas de Oxidación de Bohórquez, en Campo de la Cruz, que está integrada a los humedales del Río Magdalena, que permitió la descontaminación del cuerpo de agua, aumentando de manera inmediata su capacidad de autodepuración”, precisó Escolar Vega.
En su concepto, “esta ardua labor de conservación y protección de los humedales, una de las principales tareas de la CRA, haciendo que esta entidad cada vez direccione sus intervenciones hacia la implementación de obras que busquen coadyuvar a la solución definitiva de una problemática que ha demostrado la gran afectación de viene generando sobre los ecosistemas del Atlántico, según recientes estudios de la Universidad del Atlántico. En este sentido, desde el año 2017, quedaron definidos los recursos de financiación por parte de la Corporación, para las PTAR de Sabanagrande, Palmar y Santo Tomás, obras que también impactarán de manera positiva los humedales. Este plan de trabajo está diseñado para iniciar en los próximos meses y consiste en la ejecución de tres importantes plantas de tratamiento que van a resolver el problema de vertimientos a ciénagas y lagunas, minimizando notablemente su afectación ambiental”.
Las nuevas PTAR se construirán para resolver un problema que data de años beneficiando cinco municipios y las obras consisten en el tratamiento de las aguas residuales de los municipios empleando modernos procesos biológicos.
También se refirió a los procesos de ordenación y saneamiento. “Los avances en materia de formulación de Planes de Ordenación y Manejo de Cuencas, en materia de ajustes de los Planes de Ordenamiento Territorial POTs y en cuanto a reglamentación de rondas hídricas han permitido definir unas reglas claras de uso y aprovechamiento del recurso hídrico, siendo este último otro de los factores que han afectado los cuerpos de agua”.
Sin embargo, “ninguno de los esfuerzos que se logren por parte de las autoridades ambientales será suficiente si no se articulan acciones urgentes por parte de los entes territoriales municipales para adelantar intervenciones tendientes a eliminar definitivamente el uso de los cuerpos de agua como espacios receptores de aguas servidas. A esto, deberán sumarse acciones más contundentes para generar conciencia ciudadana en el cuidado y la protección de los humedales. La tarea es de todos y aún falta mucho por hacer”.