Distrito llegó con el programa ‘Así vivo mi barrio’ a Bellarena y Villa Blanca
Habitantes plantearon sus inquietudes para mejorar sus condiciones de vida.
En las mesas de trabajo del programa ‘Así vivo mi barrio’, en el parque Los Canosos, los habitantes de Bellarena y Villa Blanca hicieron escuchar su voz y participaron con sus iniciativas en el proceso de construcción de los Planes de Acción Barrial que adelanta el Gobierno distrital.
En esta jornada, la Administración distrital llegó con sus secretarías, entidades y programas al sector ubicado al suroriente de la ciudad, entre calles 38 y 45 (Murillo) y carreras 1 y 3E, en donde se levantan barrios que se sobrepusieron a las dificultades y se forjaron con constancia y tenacidad.
Bajo la sombra de los árboles y el acogedor ambiente que se vive en el parque Los Canosos, Eduardo Molina Molina, habitante de Villa Blanca, calificó de “excelente el plan de compartir una tarde agradable con los funcionarios de la Alcaldía de Barranquilla para ventilar problemáticas y buscar soluciones a las mismas”. Dijo que “el barrio Villa Blanca tiene buena actitud, porque sus habitantes son buenos colaboradores, y yo sí creo que este sea el momento de que el barrio fluya. Le llegó la hora”.
Relatan los vecinos que “este barrio fue bautizado Bellarena porque los primeros habitantes notaron grandes cantidades de arena en el terreno y fue uno los primeros asentamientos humanos que facilitaron la construcción de casas de materiales como eternit, madera y bloques de cemento. A la zona más al sur se le denominó inicialmente Cuchilla de San Nicolás y luego le asignan el nombre de Villa Blanca en alusión a una de las habitantes del barrio”.
La comunidad del barrio Bellarena hizo parte de los movimientos sociales que en la década de los 80 construyeron escuelas comunitarias, entre estas la Escuela Comunal 12 de Octubre (de carácter privado – comunitario), que inició las labores en el barrio gracias a la intervención de líderes de la comunitarios y el apoyo de la Universidad Simón Bolívar.
María Cervantes Orozco, moradora de Bellarena, asegura que lleva más de treinta años viviendo en el sector y siempre le ha gustado “el ambiente que se siente entre los vecinos, por el compromiso con las iniciativas que se proponen para salir adelante”. Destacó que “me escucharon, me dieron unos números donde podemos llamar y solucionar los problemas que tenemos en el barrio. Ahora estamos más cerca de los funcionarios”.
El Secretario Distrital de Gestión Social, Santiago Vásquez, presentó ante los asistentes a las mesas de trabajo la oferta de los programas para la primera infancia, adulto mayor y habitantes en condición de calle, entre otros.
“Estamos muy contentos en el barrio Bellarena. Ha sido un éxito y estamos aquí para contarle a la comunidad lo que venimos haciendo y para que sepan cómo acceder a todos los beneficios que ofrece la Alcaldía de Barranquilla”, afirmó el funcionario.
La jefe de la Oficina de Salud Pública, Ligia Oviedo Castaño, señaló que “esta es una apuesta que está haciendo la Alcaldía de Barranquilla, precisamente para saber cuáles son las necesidades primordiales en cada uno de los barrios de la ciudad. Escuchar a la comunidad es lo que nos da la orientación de qué debemos hacer desde cada una de las dependencias”.
La funcionaria manifestó que desde la Oficina de Salud Pública se trabaja para prevenir el fenómeno de la drogadicción y los embarazos en adolescentes, así como en el fortalecimiento de los programas de promoción y prevención desde la red pública hospitalaria del Distrito.
Más obras viales
El Secretario Distrital de Obras Públicas, Rafael Lafont, intervino para dar a conocer las obras proyectadas que van a beneficiar a este sector: “Mañana vienen a hacer la socialización de las tres vías que hacen falta por pavimentar. Ya tenemos los diseños de las redes de alcantarillado que hay que cambiar y están contratadas las vías para ejecutarlas. En este semestre queda 100 % pavimentado”.
Lafont agregó que la calle 37C, a la altura del colegio, también será intervenida con trabajos de reparcheo, en por lo menos 300 metros de longitud, para facilitar el tránsito de las rutas de buses y vehículos particulares.