El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, durante la inauguración de las celebraciones de la "Semana por la paz y la memoria".
El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, durante la inauguración de las celebraciones de la "Semana por la paz y la memoria".
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EFE

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Cancillería se vistió con telas bordadas por víctimas del conflicto armado

El Gobierno conmemoró a más de 9 millones de afectados con "arropa a todas las víctimas".

La Cancillería colombiana vistió la fachada de su edificio este lunes con telas bordadas por víctimas del conflicto armado como conmemoración a las más de nueve millones de víctimas que hay en el país.

"Este es un día muy particular para la Cancillería fundamentalmente", aseguró el canciller colombiano, Álvaro Leyva, en la puerta del Palacio San Carlos, la sede de esta institución donde se produjo el "arropamiento" de la fachada, con el despliegue de largas tiras de tela bordada.

En ellas se pueden leer textos como "¿Dónde están?", "Prohibido olvidar" o "Hasta encontrarlos" y bordados de casas, mariposas o siluetas de gente, en tejidos que las organizaciones de víctimas han bordado como terapia de reparación y sanación.

Esta acción ha dado comienzo a la semana por la Paz y la Memoria, un espacio para manifestar, entender y reconocer la realidad de las consecuencias humanas del conflicto armado, y que comienza después de que ayer se celebrase el 75 aniversario del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.

El canciller aseguró que ese día, el 9 de abril de 1948, era pequeño pero vio los incendios que se produjeron después de la muerte, en los acontecimientos llamados "El Bogotazo": "El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán es la culminación de un primer proceso de violencia en Colombia".

Leyva, que lleva toda la vida vinculado a procesos de paz y trabajo por la paz, hizo un repaso por múltiples hechos de violencia en el país, como el exterminio del partido de izquierdas Unión Patriótica, "uno de los mayores crímenes que se puede conocer en América Latina", y que recuerda como una época en la que no paró de asistir a entierros.

Por eso, desde la Cancillería lanzaron este "arropamiento" que sirve para "arropar a todas las víctimas de Colombia y recordarlas en un día como este", una forma también de "secar las lágrimas" con las costuras que ahora cuelgan del edificio.

"Por eso es que me emociona tanto hablar de la manera como lo estoy haciendo, con dolor en el alma, pero con la profunda preocupación de que esto no puede volver a suceder", alegó el canciller, que también mencionó el "poder transformador que surge de las víctimas". 

EFE

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