Néstor Lorenzo, el técnico argentino que tiene ilusionada a Colombia con la posibilidad de ganar la segunda Copa América de su historia, también tiene a otra gente haciéndole fuerza para que se corone campeón: la de su barrio natal, Villa Celina, donde aún viven su madre (Luisa Gagliardi) y su hermano (Alberto).

También permanece allí la sede del club Riachuelo, donde Lorenzo comenzó a jugar con sus amigos de la cuadra. Un lugar que el seleccionador de Colombia suele visitar cuando está en su país.

El diario Olé recorrió las calles de Villa Celina (declarada ciudad en 2013) con Luisa, la progenitora de Lorenzo, y Alberto, el hermano del entrenador de la Selección Colombia, y, por donde pasaba, sus vecinos la alentaban. “Luisa, qué felicidad”, “Grande Néstor”, "Cómo juega James Rodríguez, eh" y “Vamos Colombia”.

“El barrio va por Colombia. Toda mi familia, amigos y vecinos con los que hablé, quieren lo mejor para Néstor. Argentina ya ganó el campeonato mundial, ahora le toca a Colombia. Es el momento de Néstor. En Italia 90 terminó segundo y ahora quiere ganar la Copa”, señaló Luisa, de 87 años, quien reconoció que este partido la tiene muy ansiosa.

Alberto también confía en la victoria de Colombia en la final contra Argentina.

“Estoy tranquilo y confío en él. Mi hermano va a hacer que Colombia juegue la final a ganar. Va a intentar ser protagonista y jugarle de igual a igual a Argentina. Ese es el estilo de él y es el que yo le inculco también”, afirmó.

Luisa dijo que el éxito de Colombia en la Copa América se debe mucho al gran trabajo realizado en los dos últimos años por su hijo.

“Mi hijo supo elegir jugadores. Muchos están en Europa pero él siempre mira todos los partidos para poder armar un buen equipo. Es más, el hijo de Néstor, mi nieto, siempre lo ayuda a hacer el scouting de jugadores”.

La nota en Olé salió publicada el sábado y, en la rueda de prensa previa al partido contra Argentina, a Lorenzo le preguntaron por lo que expresó su madre y se notó bastante conmovido.

“Nos tomábamos tres colectivos para ir a los entrenamientos a Lanús y Argentinos Juniors cuando empecé a jugar. Siempre estuvo sentada en el banquito del club del barrio, en la cancha de fútbol cinco. Mi vieja es un ícono en el barrio. Tiene a todo el barrio llorando de la emoción por lo que dijo y lo que contó. Y a mí también me emocionó mucho. Agradecimiento eterno, como el de cualquiera con su madre. Ella fue a trabajar afuera, a coser ropa afuera, para que yo pudiera jugar. Ojalá le demos una alegría a la Luisa", respondió Lorenzo.