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Jugadoras del Iranduba celebran tras un gol.
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Un equipo en plena selva amazónica revoluciona el fútbol femenino brasileño

El Iranduba es el equipo que revoluciona el fútbol femenino.

En plena selva amazónica, en una región en la que apenas hay tradiciones deportivas, un equipo femenino de fútbol, el Iranduba, se ha convertido en el orgullo del estado brasileño de Amazonas, rozando la gloria a nivel nacional.

Amazonas es un estado complicado para la práctica deportiva, ya que casi todo su territorio forma parte de la mayor selva tropical del mundo, la misma que da nombre a la región.

De hecho, Iranduba es un municipio ligado a la capital amazónica, Manaos, por un puente de 3,5 kilómetros sobre el río Negro, que apenas 15 kilómetros después se une al río Solimões para formar el Amazonas hasta su desembocadura.

El equipo femenino del municipio cayó el mes pasado en semifinales del Campeonato Brasileño ante el potente Santos tras una gran campaña en la que logró atraer a más de 25.000 seguidores a la Arena Amazonía de Manaos, el estadio construido para el Mundial de 2014 y que apenas consigue llevar unos centenares de espectadores cuando juegan los equipos amazonenses en el campeonato regional.

Lauro Tentardini, director deportivo del 'Hulk' -apodo que recibe el equipo-, es una estrella en Amazonas y clave en el éxito de este equipo. En declaraciones a Efe, aseguró que el Iranduba "es el equipo de la ciudad, la referencia del Estado".

Tentardini ha necesitado apenas un año y medio para poner a este pequeño municipio amazonense en el mapa futbolístico brasileño, siempre dominado por figuras masculinas a pesar de contar con Marta Vieira, elegida por la FIFA en cinco ocasiones como mejor jugadora del mundo.

De hecho, la propia Marta reclamó recientemente que no pueden "parar de pedir apoyo, hasta ver que las cosas están funcionando", "que cada partido sea grande y no esperar al Iranduba-Santos para que se llene el estadio".

Acción de un partido del Iranduba.

El Iranduba-Santos al que hizo referencia Marta se jugó el pasado 29 de junio. Fueron las semifinales de la Copa de Brasil, el culmen del equipo amazonense al atraer 25.371 personas al estadio, récord en la historia de un partido femenino en Brasil.

Las 'sirenas', tal y como se conoce a las jugadoras del Santos, se impusieron por 1-2 en Manaos, y sentenciaron la eliminatoria en casa ganando por 3-2.

Durante toda la temporada, el Iranduba reunió cerca de 10.000 seguidores en sus encuentros como local en la Arena da Amazônia.

El club fue fundado en 2011 y, por falta de infraestructura, se entrena y juega en Manaos, donde viven la mayoría de sus jugadoras.

La historia del Iranduba cambió en 2016 con la llegada de Tentardini, que había ganado la Copa de Brasil en el Kindermann, equipo de Santa Catarina (sur del país), y que se desmanteló por el asesinato de su técnico y la posterior decisión de no participar en competiciones durante un año.

Tentardini recibió la oferta del presidente del Iranduba e hizo las maletas en dirección a Amazonas, donde vio en la "debilidad del fútbol masculino en Manaos" -el mejor club juega en la cuarta división brasileña- la oportunidad, y se llevó consigo a 17 jugadoras del Kindermann.

El comienzo en Amazonas ya fue imponente, con "una presentación y rueda de prensa como si fuera un equipo masculino", rememora.

"Es un trabajo especial, la prensa acompaña nuestros entrenamientos, algo raro en el fútbol femenino", recuerda. "Empezamos teniendo buenos resultados y la gente se volcó", agrega.

Tentardini resalta la "proximidad" de las jugadoras con el público como una de las claves del éxito: "Ayudan a vender entradas por las redes sociales, son muy cercanas al seguidor y esa empatía que han creado, ha provocado esto".

Jugadoras del Iranduba durane el calentamiento.

Rubiana Suzie Pereira, 'Rubi', es la portera del equipo y una de las que llegó de la mano de Tentardini desde el Kindermann. Según explica a Efe, tras los partidos las jugadoras pueden estar hasta media hora sacándose fotos con los seguidores.

"Es una forma de agradecer lo que ellos hacen. El seguidor siente que es parte del equipo", y "ese cariño que nos tienen es lo que nos hace crecer. Hacemos todo lo que es posible hacer", relata.

Rubi cree que "falta exposición" del fútbol femenino y que, "con mayor divulgación", se seguiría más el deporte femenino.

En el caso del Iranduba, también es consciente de que este éxito viene dado por la falta de un equipo masculino, que "abre espacio al femenino", pero igualmente se congratula por lo conseguido y espera seguir ganando público.

La portera también tiene la espina de aquellas históricas semifinales ante el Santos. "Sirvió como aprendizaje", destacó, pero advirtió confiada de que "el objetivo del año que viene es ser campeonas".

EFE

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