Hace dos días, el pasado 25 de enero, el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, dio unas esperanzadoras declaraciones a los medios de comunicación locales y nacionales, en las que aseguró que en los próximos días se comenzarían los trabajos de demolición del estadio Eduardo Santos, para darle paso a la construcción de la Arena de Eventos.

“No nos vamos a desmotivar, haremos los mejores Juegos Bolivarianos”, declaró el alcalde Martínez sobre los escenarios deportivos que, a la fecha, ya deberían estar en construcción.

Según el mandatario distrital, la ciudad cuenta con recursos propios por el orden de "25 mil millones para construir una Arena de Eventos”, y dio la seguridad de que en muy poco tiempo se iban a iniciar las obras de demolición.

El alcalde también anunció que haría una visita relámpago a la capital del país para tratar de “convencer” al Gobierno Nacional de que al menos financie el 80% de las inversiones necesarias para tener listos los escenarios deportivos.

Lo cierto es que a estas alturas, 22 meses de que se inicien los esperados Juegos Bolivarianos, en noviembre de 2017, ni siquiera hay quien se encargue la demolición de este estadio, pues el proceso de licitación pública que se habilitó en noviembre de 2015 para buscar al contratista aún se encuentra en etapa de borrador.

¿Quién se encargará de demoler el Eduardo Santos y de construir la Arena de Eventos? ¿Cuándo comenzará exactamente la demolición? Estas son tan solo algunas preguntas que no tienen respuesta. Pues para saber esto, es necesario que se adjudique la licitación pública número LP-017-2015, a través de la cual se contratará la demolición y la respectiva construcción de la Arena de Eventos. 

Hasta tanto no haya contratista, no se podrá saber tampoco quién demolerá el estadio. 

La cruda realidad: el ultimátum de la Odebo

Aunque la cuenta regresiva de la Alcaldía de Santa Marta y de los funcionarios de nivel central es de casi 2 años, lo que lleva a personajes como el director de Planeación Nacional, Simón Gaviria, a decir que aún hay tiempo de sobra para construir los escenarios, la realidad es que para la Organización Deportiva Bolivariana, el cronómetro dice otra cosa: el plazo es apenas de dos meses.

Así quedó plasmado en un ultimátum que le puso el presidente de la Odebo al primer mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, en una carta en la que la organización deportiva manifiesta su preocupación por las demoras en la adecuación de los escenarios, y en la que se da como fecha límite el 31 de marzo de 2016, antes de tomar la penosa decisión de cambiar la sede de los juegos.

En la misiva, la Odebo manifiesta que, tras una visita de la comisión para conocer el avance de las obras, quedó constancia de “la seria preocupación de que se inicien los trabajos a su debido tiempo. No solo por las razones antes mencionadas sino por múltiples obstáculos de todo orden, que han atrasado  el proyecto”.

La advertencia termina diciendo que en caso que no se cumpla con el ultimátum establecido, “las consecuencias serán fáciles de prever, toda vez que la obligación de la Odebo es asegurarse de la iniciación de los juegos en los plazos establecidos, esto es, en noviembre-2017”.

¿Aún habrá tiempo?