El juego se estaba complicando. La diferencia era muy corta y Caimanes trataba de salir de una peligrosa situación.
El juego estaba en la sexta entrada y la diferencia era de apenas de dos carreras y un jugador de Vaqueros corría en tercera.
Con dos outs en la pizarra llegó al bate el jonronero Reinaldo Rodríguez y sacudió una línea tremenda que pedía camino de extrabase.
Lo que no contaba es que iba camino a hacer destrozada por un salto felino del parador en corto de los Caimanes, el taiwanés Tsugn-Che Cheng.
El oriental, con un salto felino, engarzó la bola y puso fin a las angustias.
El estadio Édgar Rentería se puso de pie y como no ha pasado ni siquiera con los Grandes Ligas que juegan en el equipo, la afición coreó su nombre.
A la ofensiva se fue de de 4-1 con un triple, dos empujadas, dos anotadas. Fue la estrella por donde se le mire y además enamoró a Barranquilla.
"Al comienzo cuando llegué me sentía un poco nervioso. Los coach y los compañeros de equipo me hicieron sentir muy bienvenido. Ya me acostumbré y estoy mucho mejor aquí", dijo tras el partido.
Cheng es el primer bate del equipo, el short stop titular y una de las figuras de la liga.
"Cuando llegué, sentí que era un jugador más, cualquier otro. Con el tiempo me he dado cuenta que puedo contribuir eso y ayudar a ganar. Sentir el apoyo de la gente, saber que me vienen a apoyar, me emociona mucho", cerró.
Cheng es el primer pelotero taiwanés en jugar en la Liga Colombiana.