Los dulces en Semana Santa, una tradición que se mantiene viva en Barranquilla
En el parque Tomás Suri Salcedo distintas matronas deleitan a los comensales.
La Semana Santa ya llegó y, con ella, la venta de dulces tradicionales que se pueden encontrar en parques, centros comerciales y en distintas calles de Barranquilla.
Esta temporada del año es de las más esperadas por las personas, ya que además de tener tiempo para compartir en familia y con amigos, también pueden disfrutar los deliciosos y variados sabores de los dulces que las matronas se encargan de preparar y de vender.
Una de ellas es Derlis Herrera Morales, quien a sus 48 años asegura que hace más de 29 años se encarga de la preparación y venta de los dulces que con mucho amor prepara desde tempranas horas del día. Con su mesa puesta en el Parque Tomás Suri Salcedo mantiene viva esta importante tradición del Caribe colombiano.
“Yo tengo que ir al mercado a buscar los ingredientes, traerlos a la casa para poderlos preparar. Yo demoro como cinco horas haciendo dulces”, dijo Derlis afirmando también que esta práctica ha trascendido en su familia de generación en generación: “Es una tradición familiar. Mi mamá, todas mis tías también preparan dulces, mi hija también prepara dulces”.
Los dulces más buscados por los comensales son: dulce de coco, piña, mango, papaya, ñame y guandúl. Sin embargo, hay muchas variaciones y preparaciones que dan como resultado nuevos manjares. Tal es el caso del dulce “mongo mongo” el cual, según contó Herrera Morales, además de “ser afrodisiaco”, está preparado con ingredientes como la papaya, plátano, guayaba, coco, piña, mamei y un “toque secreto” que solo ella sabe.
La venta de dulces es una costumbre que persiste durante la semana mayor, asimismo, es el sustento durante todo el año de muchas madres cabeza de familia.
“Allá en mi casa también hago los dulces el resto del año. Tengo cuatro hijos: dos varones y dos hembras. Este es el sustento de mi familia, con la venta de mis dulces gracias a Dios he levantado mi casa, mis hijos”, contó la matrona que reside en el barrio El Bosque.
Con 15 sabores de dulces, Herrera asegura que los precios a la venta se mantienen igual que todos los años. Ofrece a sus clientes vasos de dulces que van desde los 3.000 hasta los 30.000 pesos.
Al lado de la mesa de la matrona Derlis se encuentra su sobrina María Isabel Ayala Fontalvo, que a sus 19 años también vende los dulces que prepara su mamá.
Ayala reconoce que desde muy pequeña le han inculcado la importancia de saber preparar estos manjares y acepta que, aunque no sabe prepararlos totalmente, ayuda a su familia a picar y revolver los ingredientes en las ollas que sean necesarias para sacar al público un producto con calidad garantizada.
“El dulce más vendido es el de coco con leche, ñame y guandúl. El dulce que deben probar sí o sí es el de ñame”, dijo la joven que desde las 7 de la mañana hasta las 7 de la noche se ubica en el parque para complacer a sus fieles clientes.
Por su parte, Dulce García Peralta es una comensal que día a día se deja cautivar por los distintos sabores que ofrecen las vendedoras: “Es la mejor tradición, es algo que nos caracteriza como barranquilleros y que nos une. Mi dulce favorito es el de coco y papaya”.
Esta tradición gastronómica se reafirma año tras año y es cada vez más conocida por muchas personas.
Las matronas con sus exquisitas recetas y los comensales con su buen gusto continúan impulsado esta importante costumbre en Semana Santa.