‘La Toxi Costeña’ y su tema 'Macta Llega'.
‘La Toxi Costeña’ y su tema 'Macta Llega'.
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‘La Toxi Costeña’, y su ‘Macta llega’, nuevo fenómeno que arrasa en redes sociales

Emplea un lenguaje obsceno que parece  gustarle a mucha gente.

Las barriadas populares cartageneras, sumergidas por estos días en la celebración de las tradicionales Fiestas de Independencia, han servido de plataforma para cimentar e impulsar a través de los ‘picós’ un controvertido fenómeno musical que venía viralizado en redes sociales a ritmo de champeta.

Se trata del tema ‘Macta llega’, composición plagada de un lenguaje grosero e indecente que pretenden hacer pasar como música, e interpretado por una joven que se hace llamar ‘La Toxi Costeña’.

“Este es uno de los discos que más nos toca escuchar, o mejor, sufrir con su ritmo y dizque letra en este periodo de fiestas novembrinas, que están restringidas por el Covid”, manifestó Wilfred Arias, residente en el barrio Villa Rosita en Cartagena.

‘Macta llega’ está recién publicado en las plataformas, y ha resultado todo un fenómeno en aceptación y gusto al menos por los comentarios de respaldo que le publican.

Fue lanzado en una cuenta de YouTube el video el 16 de octubre y acumula 2,485,209 de vistas“Apenas tiene como un mes de estar circulando en las redes sociales y plataformas electrónicas”, contó Sirdarys Albarracín, quien ha seguido de cerca la trayectoria de la ‘Toxi Costeña’.

“Aquí en Barranquilla también está sonando con frecuencia en los turbos de algunos barrios, yo lo he escuchado y bailado en el ‘picó’ ‘El Atrevido’ del barrio Los Olivos”, agregó Sirdarys.

La identidad de la ‘Toxi’ es Sindy Ávila Díaz, y al principio, cuando comenzó a figurar con los audios, no quería publicar el nombre y prefería el anonimato. 

Incluso el rostro solo se atrevió a darlo a conocer en junio de este año, cuando alcanzó 100 mil seguidores en Instagram.

En su aspecto físico la ‘Toxi Costeña' es una joven agraciada, llamativa, de  cabello lacio color negro, piel trigueña, y se muestra siempre con vestimenta juvenil de última moda que destaca sus atributos físicos.

En las redes afirma ser oriunda de la ciudad de Sincelejo, con residencia en Cartagena.

En un diálogo a manera de entrevista que concede a un disc-jockey en un video, manifiesta que se desempeñaba como cajera de una entidad financiera en la que la declararon cesante precisamente por el contenido de los audios.

Dijo también ser madre soltera, con dos hijos, un niño que cuenta en la actualidad 12 años, y una niña de 6 años.

Este tema de ‘Macta llega’ es su primer número grabado, y se refiere supuestamente a una amiga cuya pareja le está siendo infiel con otra mujer a la que llama ‘loba’, y ella quiere que esta lo sorprenda en la infidelidad, pues el tipo hizo que su mujer rompiera la amistad con la ‘Toxi’. 

Todo esto narrado con el uso de los términos obscenos que hemos venido mencionando.

De acuerdo con Sirdarys Albarracín, la ‘Toxi Costeña’ primero se hizo viral por unos videos Instagram y tik tok, en los que lanzaba frases también de contenido obsceno, que no incluían música.

Uno de estos audios llegó a representarlo la reconocida actriz y presentadora de la la televisión colombiana, Lina Tejeiro.

“Acumuló mucha aceptación en ciertos sectores con estos diálogos y frases, hasta que un productor musical se le ocurrió proponerle grabar un disco, y salió esto de ‘Macta llega’, cuya letra se parece mucho a lo que antes decía en audio-video, solo que ahora le puso música y las imágenes de video”, agregó la joven.

Por lo que muestran las cámaras el videoclip de la canción tuvo como locación el famoso balneario de ‘Cholón’, situado en la isla de Barú, cerca de Cartagena.

El pasado 3 de noviembre la red social Instagram cerró la cuenta que venía utilizando la ‘Toxi Costeña’, por lo que se vio precisada a abrir otra como ‘La Toxi Costeña priv’. 

En este momento es toda una ‘vedete’ en el medio musical de la champeta en Cartagena, con mucha aceptación en el resto de la Costa Caribe colombiana. 

A algunos les parece un mensaje musical jocoso, propio de un sector de jóvenes amantes de estos ritmos, y a otros una nueva muestra de la degradación de la música, hecha por quienes ni siquiera son músicos.

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