La antimoda toma el poder en la Alta Costura de París
Predominan las siluetas "oversize" y prendas y tejidos para el día a día.
A partir de mañana domingo, los desfiles de Alta Costura atraerán a París las miradas de empresarios, periodistas y amantes de la moda con la especial invitación de la marca del momento: Vêtements.
La firma, creada en 2014 por un grupo de diseñadores que habían trabajado en el equipo de Maison Martin Margiela, ha logrado posicionarse como un nuevo icono en el mundo de la moda gracias a su estilo urbano y deportivo, donde predominan las siluetas "oversize" y prendas y tejidos para el día a día: vaquero, cuero y sudaderas.
Su estética "antimoda" le ha valido el éxito con sus desfiles en lugares poco convencionales -un restaurante chino en un barrio popular de París o una iglesia- pero que uno de sus diseñadores, el georgiano Demna Gvasalia, fuera nombrado director creativo de Balenciaga en octubre de 2015 fue sin duda la guinda del pastel.
Ahora, Vêtements (ropa, en castellano) desfila como marca invitada en el exclusivo calendario de la Alta Costura, presentando la colección femenina -aunque también desfilarán hombres- de primavera-verano 2017 adelantándose al calendario de septiembre con la intención de llegar antes a las tiendas.
Para esta colección, ha colaborado con una serie de firmas clave del "streetwear" que nada tienen que ver con los altos estándares de exigencia de la alta costura: Reebok, Carhartt, Champion, Levi's, Eastpak, Dr. Martens, además de los deseados tacones de Manolo Blanhik.
Una decisión particular que promete revolucionar los cinco días dedicados al calendario Otoño-Invierno 2016/2017 en los que en esta ocasión habrá una treintena de desfiles: trece de las tradicionales casas de moda que pertenecen a la Cámara Sindical de Alta Costura, y el resto de marcas invitadas.
Entre los recién llegados, destaca el japonés Yuima Nakazato, que será el encargado de abrir la semana este domingo, seguido de Francesco Scognamilio y el francés Gilles Mendel, tradicional de la pasarela neoyorquina, que desfilará el martes con su firma J. Mendel.
Chanel, Giambattista Valli, Alexis Mabille, Stéphane Rolland, Alexandre Vauthier, Maison Margiela, Franck Sorbier, Adeline André y Jean Paul Gaultier no faltarán al encuentro como es tradicional aunque este año la atención se centra especialmente en Christian Dior, que podría elegir por fin esta semana a su nuevo diseñador.
La dirección creativa de la "maison" lleva casi un año vacía después de que el belga Raf Simons decidiera marcharse para centrarse de lleno en su propia marca.
Los rumores de la industria apuntan a Maria Grazia Chiuri, quien desde 2008 dirige junto a Pierpaolo Piccioli la firma Valentino, que desfilará también este miércoles.
Chiuri ha trabajado desde 1989 con Piccioli, con quien entró a Fendi tras terminar sus estudios en el Instituto Europeo de Diseño de Roma, y de ahí a Valentino, así que esto supondría por tanto la separación del talentoso dúo.
Para Dior sería igualmente histórico pues la italiana se convertiría en la primera mujer en dirigir la firma en sus 70 años de historia que, tras la muerte del creador, ha contado con Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferré, John Galliano y Raf Simons.
Sin embargo, hasta el momento nada ha sido confirmado y ninguna de las dos firmas ha querido hacer comentarios sobre esa información, que adelantó el portal Business of Fashion.
"Entiendo que lo anunciarán después del desfile de Alta Costura", comentó la fuente de este medio de referencia dedicado a la industria de la moda.
Esta colección, que se mostrará el lunes 5 de julio, ha sido concebida por el equipo de la firma bajo el liderazgo de los jefes de diseño, Lucie Meier y Serge Ruffieux, como ocurrió también en los desfiles de prêt-à-porter, en marzo, y de Alta Costura primavera-verano, en enero.
Por último, Pierre Cardin promete atraer igualmente la atención de los focos con un desfile que tendrá lugar fuera del calendario oficial, el 9 de julio, y lejos de París, concretamente en el Castillo del Marqués de Sade, en Lacoste, en el sudeste de Francia.
EFE