“Estoy agradecido con el modelaje, pero lo mío es la arquitectura”: Mateo Fontalvo
El modelo barranquillero habló en exclusiva con Zona Cero y contó cómo le ha cambiado la vida luego de convertirse en uno de los modelos con más proyección en Estados Unidos.
La fama no es un tema que le quite el sueño al modelo Mateo Fontalvo. El barranquillero prefiere seguir siendo el joven tímido, entregado a los libros, a sus estudios y su deseo de convertirse en un gran arquitecto.
Ese mismo deseo lo llevó a investigar por internet para conocer formas de obtener una beca en Estados Unidos y como bien dice el refrán, “el que busca encuentra”. Mateo se ganó un espacio en la Universidad de Columbia en Nueva York y desde hace unos meses estudia inglés.
Estando en el aeropuerto de Nueva York, comprando una chaqueta en uno de los almacenes, una mujer se acercó a él y le dio una tarjeta. En ese papelito estaban anotadas las direcciones de lo que se convertiría en su presente en el mundo de la moda.
“Me preguntó que si quería ser modelo y me dio unas direcciones de agencia para hacer casting. Al principio dudé un poco por la forma como se te acerca alguien desconocido en una aeropuerto, pero investigué y me di cuenta que las agencias eran reales y fui”, contó.
Y seis meses después, Mateo deslumbró en la pasarela de la Semana de la Moda en Nueva York –en julio de 2015-, ganándose un espacio significativo en el periódico ‘The New York Times’ como uno de los “cinco modelos con mayor proyección en las pasarelas”.
Sobre ese artículo, el barranquillero de 22 años de edad, sonríe tímidamente.
“Estoy agradecido con el modelaje y con ese artículo, pero lo mío es la arquitectura. Adoro esa profesión y por eso quiero prepararme más para volver a Barranquilla y demostrar mi talento”, dijo.
“El modelaje no tiene ciencia”
A esta conclusión llegó Mateo, pues según él es muy sencillo caminar en una pasarela.
“Solo te pones derecho, caminas en línea recta y listo. Solo demoré 15 minutos en aprender a caminar”, afirmó, despreocupado.
Y es que a Mateo se le hace muy sencillo aprender. Los libros son su pasión, el cine es como su segundo lenguaje y no le da vergüenza aceptar que no conoce mucho de marcas, diseñadores o accesorios.
“Cuando estaba en Barranquilla era una regla ir todos los miércoles a cine. Es una actividad que disfruto con mis amigos. Pueden pensar que porque estoy en esto de la moda conozco sobre el tema, pero la verdad sé muy poco y apenas estoy comenzando”, aseguró.
A propósito de sus compañeros, desde mucho antes de ser un prodigio en las pasarelas, ya era ‘un modelo a seguir’, aunque él se ríe y lo niegue.
“Tenemos un grupo en WhatsApp en el que hacemos parte como 16 graduados de la Autónoma y al principio cuando comencé a desfilar me hacían bromas, pero ahora me felicitan y apoyan”, dijo.
Su familia
Mateo tiene un gemelo llamado Sebastián y es el menor por cinco minutos. Ambos son arquitectos y los dos se graduaron con honores de la Universidad.
Su mamá, Magda Djanon, es su todo y la que la ha impulsado a desarrollar su vida fuera del país.
Mateo está consciente que la vida en el modelaje es efímera y aunque si se proyecta bien, tiene la oportunidad de ingresar a la televisión o a la gran pantalla. El ‘currambero’ solo quiere ahorrar lo más que pueda para estudiar una maestría en arquitectura ya sea en Los Ángeles o Nueva York.
Su vida en Barranquilla
Antes del glamour de las pasarelas, Mateo era un chico común y corriente de Barranquilla, quien jamás pisó una pasarela. “Ni siquiera en los eventos de moda del programa de diseño de modas y alta costura de la universidad”.
Su primer trabajo lo hizo para na revista de moda en la que tuvo que posar con una colección masculina de invierno y desde ahí, su agenda está copada hasta fin de año.
“Pronto me daré una escapadita para ir a Barranquilla y visitar a mi familia y amigos. Lo más probable es que sea a mediados de octubre”, indicó.
El joven vive solo en un sector que queda a cinco minutos de Manhattan. Toma el metro a diario. Camina por las calles y disfruta del paisaje que a diario le brinda ‘La capital del mundo’.
“Trato de vivir mi vida día a día”, finalizó.