Diseño del colombiano Esteban Cortazar en Nueva York.
Diseño del colombiano Esteban Cortazar en Nueva York.
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EFE

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El modisto colombiano Esteban Cortázar teje su historia en Nueva York

En la Semana de la Moda.

El modisto colombiano Esteban Cortázar llevó su "tapiz de experiencias" a la Semana de la Moda de Nueva York, donde celebró su "sueño americano" entre dos populares casas estadounidenses, Michael Kors, que fue clásico, y Marc Jacobs, que bordó el exceso en la despedida de la cita hasta septiembre.

A sus 33 años, Cortázar se ha consolidado en las pasarelas parisinas, donde lleva presentando sus creaciones durante un decenio tras un precoz comienzo en la moda, ya que en 2002, recién alcanzada la mayoría de edad, fue el diseñador más joven en participar en la Fashion Week neoyorquina (NYFW).

"No estaría en París si no fuera por el tiempo que estuve aquí, y en cierto sentido soy un soñador (dreamer)", dijo el diseñador tras presentar su colección, en la que hizo referencias a cada ciudad que ha nutrido su marca, incluidas Bogotá y Miami, donde se formó.

La describió como un "tapiz de experiencias" con "realismo mágico", en el que las "pinceladas de mohair salían del cashmere" gris con el que estaban confeccionadas las piezas más informales: un pantalón, amplios ponchos y un chaquetón largo.

Con la voz de la cantante argentina Mercedes Sosa de fondo, desfilaron atuendos esencialmente monocromáticos y elegantes, entre ellos dos vestidos fluidos en seda rojiza y dos conjuntos tipo pijama en negro y rayas verticales blancas.

Diseño del colombiano Esteban Cortazar en Nueva York.

Destacaron también un mono con aires de traje en rojo carmesí, el mismo color que dominaba un sinuoso vestido largo con una abertura en el pecho, y un conjunto de falda beige en satén con pasamanería de colores, combinada con camisa blanca.

Diseño del colombiano Esteban Cortazar en Nueva York.

Un par de horas después, el estadounidense Marc Jacobs dio la puntada final a la NYFW con una pasarela tenuemente iluminada, de aires fantasmagóricos, y ambientada con música de órgano, un coro de voces y las notas de una cajita de música.

El exceso fue la constante en su colección, comenzando por chaquetones de colores joya con enormes hombreras que dibujaban una silueta de trapecio, y por los juegos de volúmenes en la mayoría de piezas, que lucían lazadas de tela arremolinadas como si formaran flores en caderas, cuellos y cinturas.

Mientras que vistió algunas cabezas con envolventes pañuelos cubiertos con sobreros, que proyectaban sombras en las caras de las maniquíes, otras lucieron peinados cortos "cyberpunk" con tintes en azul o violeta.

Jacobs sorprendió dando aires de arlequín a un conjunto de traje pantalón y a un mono con un gran lazo al cuello, pero guardó un golpe de efecto en el tramo final, cuando salieron los atuendos de noche con exageradas siluetas tipo globo o volúmenes escultóricos en telas satinadas en turquesa, fucsia, lima o rojo.

Por su parte, Michael Kors comenzó el día insuflando detalles y estampados "chic" a prendas clásicas: la cazadora de piel se cubrió de camuflaje, el chaquetón de pelo se tiñó de color mostaza o verde musgo y la chaqueta americana, de cuadros de tartán con fondo rojo o amarillo.

Todos los vestidos, de corte muy femenino, lucieron motivos de flores rojas, amarillas o en tonos apagados, con excepción de un par de ellos, que llevaban caras de mujeres delineadas en blanco y negro con los labios en carmín.

Para la noche, Kors apostó por el color negro en un original mono de lentejuelas con mangas abullonadas, así como en vestidos con telas satinadas y sugerentes encajes, a los que sumó otro en palabra de honor y color azul tinta surcado de flores oscuras.

El leopardo abundó en complementos como cinturones, zapatos, o gabardinas, y se coló en un discreto gris para hombres, que lo lucirán en bufandas en otoño, aunque los atuendos masculinos que ideó Kors fueron casuales, con gran presencia de rayas, cuadros

La pasarela del diseñador estadounidense, muy popular en Estados Unidos, atrajo a numerosas celebridades, como Zendaya, Emily Blunt o Blake Lively, así como la de Jacobs, a donde acudieron algunas de las cantantes del momento, como Cardi B, Bebe Rexha o Kehlani.

No fue así para Marchesa, la firma codirigida por Georgina Chapman, futura exmujer del productor caído en desgracia Harvey Weinstein, que desconvocó su pasarela programada para esta última jornada y en su lugar presentó un "lookbook", lejos de las miradas y las preguntas, inspirado en los maestros holandeses.

EFE

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