Eduardo Rosales Soto, un barranquillero que enaltece las artes plásticas
A través de sus fascinantes pinturas de “esperanza, fe y amor” logra retener la atención de quienes las observan.
No es solo pintar, es aprender a mirar más allá de lo obvio. Así describe Eduardo Rosales Soto su “truco” para crear obras que produzcan asombrosas sensaciones de quienes las observan.
Rosales Soto, de 70 años y oriundo de Barranquilla, ha logrado una exitosa carrera artística exponiendo sus obras en Colombia, Estados Unidos, Venezuela e Inglaterra.
El artista plástico se fue a vivir a la ciudad de Maracaibo (Venezuela) a sus 14 años, país que le abrió las puertas para recrear su arte y vivir grandes experiencias.
No obstante, en 2014 se radicó en su ciudad natal donde actualmente despliega sus actividades artísticas.
“Mi gusto por la pintura nace por una necesidad de expresarme a través del dibujo de la forma y mi torpeza para hacerlo. Eso me llevó a buscar mecanismos e ideas para saber cómo ejecutarlas” contó el colombovenozolano.
Desde el inicio de su carrera ha realizado múltiples participaciones en muestras internacionales como en la Primera Bienal Iberoamericana de Arte, realizada en el Museo Alvar Carrillo Gil de México, siendo presidente del Maestro Rufino Tamayo en 1978.
“La inspiración en mis obras es la vida misma, la cotidianidad, el cielo, el mar, los ríos y observando a las personas que me rodean”, dijo.
Eduardo Rosales es gerente de proyectos culturales con estudios en la Escuela Superior de Bellas artes, en Maracaibo, Venezuela.
Asimismo, es magíster en el área de organización y dirección de museos; y en el manejo de planificación y desarrollo de políticas culturales, realizados en la Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill y la Universidad de Duke, en Durham (Inglaterra).
A través de sus pincelazos con colores encendidos recrea extraños pájaros y cielos que transportan a un mundo desconocido, pero hermosos.
De esta manera, el artista atrae la mirada de inmediato, pues sus obras denotan una técnica limpia, clara y precisa.
Enseñando su arte
El artista barranquillero cuenta con una amplia experiencia en los procesos de desarrollo de la creatividad infantil, conocimientos que comparte por medio de su fundación Eduardo Rosales.
La fundación es manejada junto a su hija Hony Rosales y tiene como propósito dictar talleres de creatividad y valores a través de la pintura, pero según Eduardo “el objetivo principal no es enseñar a pintar sino a pensar, razonar y mirar más allá de lo obvio”.
De esta manera, cultiva los valores intrínsecos del ser humano y los enseña a manejar las emociones.
“Dentro de nuestros talleres utilizamos el manejo del significado de las palabras, todo esto lo hacemos utilizando la pintura como un pretexto, utilizamos el arte y el pensamiento abstracto porque son los elementos que generan los sueños, la esperanza y nos invitan a crear en el día de nuestras vidas”, explicó.
“Estos talleres los dictamos de dos formas: cuando una empresa que desarrolla programas sociales nos contrata y nosotros llevamos nuestros talleres a la comunidad que ellos impactan. La otra es en forma gratuita como trabajo social de familia y ahí nosotros elegimos una población a la que creemos que podemos aportar y contribuir un poquito con su desarrollo integral, y llevar un mensaje de fe y esperanza”, agregó.
Es precisamente esa “paz individual” que el artista busca transformar en una “paz colectiva”, esa que todos desean.
El maestro Rosales se prepara para crear próximamente espacios en los que compartirá sus últimos tres años de trayectoria artística, en los que espera inspirar y llenar de paz a las demás personas.