¡Pilas que ahí vienen los Cabezones! Ese fue el grito que se escuchó en la Gran Parada de Tradición cuando apareció la danza que, este domingo precisamente, cumplió 90 años.

Un grupo de 40 cabezones apareció en el Cumbiódromo para dejar claro que es un grupo de tradición, con 16 Congos de Oro y desparpajo de talento e irreverencia.

Fueron los encargados de abrir el desfile del Domingo se Carnaval. Tremenda responsabilidad que ejecutaron con mucha altura y gozadera. A ritmo de grupo de millo levantaron a los asistentes en los palcos.
 

En su mayoría son jóvenes y niños estudiantes del Colegio Distrital 161, ubicado en el barrio El Pueblo, en el suroccidente de Barranquilla.

Son dirigidos por Ricardo Antonio Rodríguez Bolívar, quien continuó el legado el hermano de su abuelo Galo Rodríguez, quien murió a los 114 años, en el barrio Chiquinquirá.

"Son 30 años saliendo en la Gran Parada de Tradición, con la misma energía de siempre y el colorido que nos caracteriza", expresó a Zona Cero.
 

Es el comandante de los cabezones. Con nostalgia, recordó que se colocó el primero cuando tenía 13 años. Lleva 38 coordinando el grupo.

"Ya iba a comenzar el desfile de la Batalla de Flores y faltaba un cabezón. Cogí uno y me lo coloqué. No me querían dejar salir, pero terminé desfilando", relató. 

Desde el mes de diciembre empezaron a diseñar los cabezones para este Carnaval. Objetos gigantes que construyen, arman y pintan entre todos. Recordemos que los cabezones llegaron a Barranquilla gracias a Cafetería Almendra Tropical. Los trajeron desde Alemania.

En su taller, ubicado en el barrio El Pueblo, Ricardo Antonio recibe a los muchachos dos veces por semana.

"Los mantengo ocupados en el cuento de las cabezas. Eso los aleja de las calles y de la droga. En la zona donde viven ese tema es complicado", aseguró el director se la danza.

Los integrantes del grupo llegaron a la Vía 40 y se transformaron. Olvidaron los problemas del barrio y las condiciones de vulnerabilidad.

Con mucho equilibro sostienen la cabeza mientras bailan al son del grupo de millo. Es un deleite y llaman la atención por el colorido de los vestuarios y los cabezones.

Las cabezas gigantes son alusivas a personalidades del contexto nacional e incluso mundial. Los detalles diseñados las hacen perfectas, se les nota el trabajo. 
 

"Aprendimos a hacer las de Disney World. Se las llevó un grupo para Venezuela. Eso nos llena de orgullo", indicó Ricardo Antonio Rodríguez Bolívar.

Los 40 cabezones aguantan todo el trote que les depara la Vía 40. Semanas antes de salir en los desfiles se preparan físicamente. Entrenamientos para tener un nivel alto en cada presentación. 

Para orinar, les toca turnase en el camino. Se meten en una muñeca y orinan sobre una botella de agua vacía. "Y seguimos caminando como si nada", confesó entre risas el director de la Danza.

Ricardo Antonio quiere que su grupo siga con el legado de su familia. Son sus sucesores al igual que tres nietos, que desfilan este martes en la calle 84. 

Eso sí, se quiere despedir del grupo después que les rindan un homenaje. Pues son una danza netamente de tradición con 90 años de existencia.

"Ojalá Carnaval se acuerde de nosotros y nos rindan un homenaje. Lo mismo el Ministerio de Cultura. Lo merecemos", finalizó.