Por: Nicolle Yamhure

Bueno, imagina que vas por primera vez a un restaurante acreditado y anteriormente has leído lo de la Guía Michelin. El deseo te conduce a ese sitio donde con anticipación, has reservado un momento y una experiencia invaluable.

Una vez dentro de ese espacio ya sea en una barra, rincón o mesa, la atención, el concepto, la infinidad de detalles te envuelven en una atmosfera única.

El menú con materia prima de calidad y en ocasiones, si es estrella Michelin, con materia prima ‘kilómetro cero’ que lo hace aún más exclusivo.

Las temperaturas, los puntos de cocción y los increíbles maridajes han creado una explosión en el mundo de la cocina.

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Los platos tienen un significado y una historia de acuerdo al chef, ubicación, temporada y restaurante.

Cuando es Guía Michelin sin estrella, sabes que hay garantía de calidad a precios razonables.

Si acudes a un establecimiento de 1 estrella, es cocina de gran fuerza; 2 estrellas, una cocina excepcional; y 3 estrellas, una cocina única.

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Cada vez son más los restaurantes que apuestan a ser parte de esta guía. Al final es el respeto por las cosas bien hechas las que siguen inspirando a los comensales a volver a repetir de estas experiencias gastronómicas de alto nivel.