A los 16 años, cuando me mudé con mi madre y mis hermanos al barrio Bellavista, tuve la suerte de hacerlo al lado de la casa de la esquina que compartían Nancy Sojo y sus hijos Daniela y Ernesto McCausland.

No tenía ni idea en ese momento, de la manera en que cambiaría mi vida aquella mudanza y ser vecino durante más de 10 años de Ernesto.

Por aquellos días todavía tenía entre mis planes estudiar medicina, y la influencia de este ser humano excepcional, quien entonces ya era un destacado reportero y cronista de El Heraldo y de vez en cuando se tomaba el tiempo de leer los textos que yo escribía —sobre todo cuentos cortos—, tuvo su efecto para que finalmente me decidiera por el periodismo.

Tampoco tenía manera de saber, en aquel entonces que, años después, yo serviría como inspiración para la creación del protagonista de la primera novela de Ernesto, ‘Febrero escarlata’: un periodista de ‘crónica roja’ o judiciales, que fue uno de los cargos que ocupé mientras trabajé en El Heraldo.

No olvido el día en que, cuando aún no había terminado mi carrera de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad Autónoma del Caribe, me invitó a presentarme con mi cámara de fotografía a El Heraldo y comenzar mi carrera profesional, aprovechando el hecho de que desde entonces la fotografía ya se había convertido en otra de mis pasiones.

‘Tiremos línea’

El anterior fue sólo uno más entre los comentarios, anécdotas y recuerdos que decenas de colegas, compañeros de trabajo, amigos, parientes, alumnos, lectores, admiradores y conocidos de Ernesto McCausland Sojo compartieron desde las 7 de la noche del 29 de septiembre en el Centro Cultural ‘La Casa Amarilla’, en la calle 43 con la carrera 46 de Barranquilla, en el Barrio Abajo.

El motivo de este encuentro —bautizado ‘Tiremos línea’— fue honrar la memoria de este periodista, cineasta, novelista, documentalista y presentador de televisión nacional barranquillero que el próximo mes de noviembre cumple 10 años de haberse ido de este mundo, dejando un vacío enorme no sólo en la profesión sino en las vidas de quienes tuvimos la oportunidad ser amigos de él, de conocerle y trabajar con él, o bajo sus órdenes.

El acto fue organizado por la ‘Fundación Ernesto McCausland Sojo’, que dirige la viuda de Ernesto, Ana Milena Londoño, también comunicadora social, periodista y productora de medios.

Tal como se lo había propuesto la Fundación, esta conmemoración fue un encuentro como le hubiera gustado a él: alegre, relajado, informal.

Moderado por el prestigioso periodista y abogado Humberto Mendieta (amigo de McCausland desde que ambos eran adolescentes y compañero de trabajo durante años en El Heraldo), y con la participación, como panelistas de otros periodistas y productores que tuvieron estrecha relación de amistad y profesional con Ernesto: Eduardo Ortega del Río —periodista, cineasta y documentalista—, Alfredo Sabbagh —comunicador social y periodista, docente universitario, columnista y comentarista televisivo y radial—, y de la misma Ana Milena Londoño, quien relató con detalles cómo ella y Ernesto iniciaron su relación mientras él hacía el casting para la producción de su primera película: “El último carnaval”.

El público tiene la palabra

Una vez terminadas las intervenciones del moderador y de los panelistas, el micrófono estuvo a disposición de todos aquellos asistentes a ‘La Casa Amarilla’ que fueron invitados a hablar o lo tomaron espontáneamente, para dibujar con sus comentarios y anécdotas lo que la presencia de Ernesto McCausland significó para sus vidas, las jocosas y a veces complicadas situaciones que enfrentaron juntos, así como para exaltar su contribución al periodismo barranquillero, regional y nacional.

El evento también ha servido como abrebocas para promocionar los dos días de homenaje que se celebrarán durante el aniversario de su fallecimiento, denominados ‘El Esquinafest’, del 17 al 19 de noviembre de 2022.

El cine, el periodismo, la literatura y la música serán los temas centrales de este evento, y las maneras en que Ernesto McCausland impulsó o se relacionó con cada uno de ellos.

Al respecto, Ana Milena comentó: “Podemos adelantar que veremos ‘El Cordel’, es un cortometraje de argumento escrito por Ernesto. Un año después de su fallecimiento, nos reunimos muchos de los que habían trabajado con Ernesto para realizar este corto, que dirigió Eduardo Ortega”.

Igualmente, también será posible ver ‘Champeta Paradise’, “una película de Ernesto que hicimos en 2002, y solo 20 años después podremos presentar. Es una gran premier realizada entre Barranquilla y Cartagena”.

La programación del Esquina Fest también se cuenta con alianzas importantes como la de la Fundación Gabo, Carnaval S. A. y la Fundación Escalona”, que nos están apoyando para que la programación sea todo un homenaje a la vida y al legado de Ernesto”.

Igualmente, expresó su infinito agradecimiento a Loren Muñoz y a Jean Caballero, y a todo el resto del equipo del Centro Cultural ‘La Casa Amarilla’ por la organización del encuentro: “Lo que vivimos en este homenaje fue sentir a Ernesto vivo, presente entre nosotros. Hablábamos de él y yo lo iba imaginando, su cara, los gestos , el caminado…, iba imaginándolo en cada anécdota y fue hermoso”.

“Un gran ser humano”

Por su parte el periodista y moderador del conversatorio, Humberto Mendieta, comentó que “este encuentro nos unió en torno al nombre del gran cronista, a la memoria de una gran persona, un gran ser humano, un hombre muy dulce con un gran poder de convocatoria. Tenía el talento para hacer que la gente se enamorara de proyectos que él tenía en la cabeza. Ese mismo encanto lo plasmaba en sus textos, en sus programas, en los libros, en las películas, en la radio, en todo lo que hizo”.

No cabe duda de que, además de estos rasgos humanos, la memoria de Ernesto perdurará por su calidad periodística, “que sin duda marcó una gran época en Barranquilla”.

Ya casi para terminar, cabe añadir que la velada tuvo como sorpresa final la interpretación del grupo de rock ‘La Calle’, cuyos integrantes, además de interpretar canciones de algunos de los grupos favoritos de Ernesto McCausland, rindieron, ‘coincidencialmente’, un tributo a agrupaciones legendarias como los Rolling Stones y Queen.

Y, ya para terminar de verdad, esta frase de Ernesto: “Tantas luchas, tantas batallas, y al final sólo queda el amor”.

*Tomado textualmente de La Ola Caribe

*Fotos cortesía de Carlos Sourdis y de la ‘Fundación Ernesto McCausland Sojo’