Jorge Maida Abdenur.
Jorge Maida Abdenur.
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Roberto Llanos

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Adiós al ‘Turco perro’, el sirio que inspiró la célebre canción de Aníbal Velásquez

Un amorío informal de Jorge Maida, comerciante y ganadero, se convirtió en uno de los temas musicales más sonados del país. Maida murió de Covid el pasado 18 de abril. 

Por Roberto Llanos Rodado

De la remota Siria, de donde llegó el ‘kibbeh’ como símbolo de la gastronomía árabe para compartir mesa con nuestras empanadas y carimañolas; también recaló un inmigrante de ese país que sin proponérselo se convertiría en protagonista de una de las piezas musicales que más se baila y goza en la Costa.

El ‘Turco perro’ es el nombre de la canción que interpreta el sensacional Aníbal Velásquez, y el personaje aludido en el disco es don Jorge Maida Abdenur, ciudadano sirio que echó raíces profundas en Colombia; y quien el pasado 18 de abril sumó en Barranquilla las estadísticas mortales del temible coronavirus. 

Maida Abdenur disfrutaba de la tercera edad de manera apacible, como recompensa a una vida muy activa y exitosa en el comercio y la ganadería.

Jorme Maida y su esposa Layne Luqueta.

El deceso se produjo en la Clínica La Asunción, 11 días después de su cumpleaños número 85, y casi dos meses más tarde de la muerte de su esposa, Layne de Jesús Luqueta Meza, fallecida el 28 de febrero también a causa del letal virus.

Historia del disco 

Como tal vez muchos conocen por ser uno de los éxitos más sonado de nuestra música autóctona, la letra del ‘Turco perro’ tiene un contenido picaresco en ritmo de guaracha, empapado de toda la sabrosura que sabe imponer a sus producciones el maestro Aníbal Velásquez.

Relata el amorío entre una chica raizal de nombre Josefina, y un ‘turco’, como llaman en la Costa a los inmigrantes sirios y libaneses.

Con un acento cómico que trata de simular la pronunciación enrevesada que los árabes hacen del español, Aníbal reseña en su canto lo que aquel ‘turco’ le expresa a la mencionada Josefina, en un encuentro en el que ella trata de seducirlo.

La mujer le pide algo de la mercancía que el hombre vende (telas y mercería), como condición para irse a la cama en la intimidad de su casa.

El ‘turco’ rechaza la propuesta, y antepone al momento de placer la crisis económica que atraviesa en el negocio.

Como si fuera poco le menciona una infidelidad, de la que él mismo asegura fue testigo.

Carátula de uno de los discos de Aníbal Velásquez en los que aparece el ‘Turco perro’.

Esta revelación agrava el propósito de Josefina de convencer al hombre para disfrutar un rato juntos, y obtener parte de la mercancía que este ofrece.

“Perdóname Josefina ya que no puedo darte nada/ los negocios están muy malos y usted cree que soy un tonto/ayer nada más te vi/ abrazándote con otro/ y viene a decirme a mi/ turco regálame un vestido/ y vete pa’ mi casa/ a bailar el chiquichá…”.

A la estrofa principal le sigue ese coro pegajoso que le da más gusto al tema: "Yo turco perro/ chiquichá/ yo turco perro…".

Aunque en ninguna parte del disco mencionan el nombre de Jorge Maida Abdenur como protagonista del relato, entre la familia de este y su círculo de amigos conocían perfectamente que el ‘galán’ de aquel filtreo musicalizado era él.

 

 

“Esta historia viene de 1957, mi papá estaba joven, soltero, y era muy enamoradizo. Él vivía en El Banco, Magdalena, y recorría muchos pueblos ribereños vendiendo telas”, cuenta su hija, la arquitecta Yamile Maida Luqueta.

“En las fiestas patronales de uno de esos  pueblos estuvo departiendo hasta el amanecer con el señor Aníbal Velásquez, quien amenizaba una parranda”.

“Allí se encontró con la joven Josefina, y sucedió el incidente que al autor le pareció jocoso y motivo para una canción”, agregó Yamile.

“Mi papá nos contaba que jamás creyó que ese momento, al que él no le dio mucha trascendencia, lo iban a tomar para hacer un disco; pero así son los artistas”, manifiesta la señora Maida Luqueta.

“La anécdota de esta composición tuvo una circulación cerrada, pues Jorge no hacía alarde de eso, ahora ha trascendido a raíz de su partida final”.

“La conocían él, los miembros de su familia, la mayoría de sus amigos de la colonia árabe, y los artistas que tuvieron que ver en la composición”, sostuvo Iván Herrera Michel, amigo de Maida y de su familia.

“Jorge se refería a aquel romance como una relación informal que ninguno de los dos tomaba en serio, pero sin embargo le regalaba cortes de tela y la ayudaba con algunos aportes económicos. El nombre de la chica sí era Josefina, tal como dice la canción”, añade Herrera Michel.

Composición y musicalización

La letra de la canción el ‘Turco perro’ es autoría del compositor barranquillero Hilario Angarita, y los arreglos musicales del maestro Aníbal Velásquez, que además la canta en la grabación. 

En la rica trayectoria artística del músico barranquillero este es uno de los temas que más le ha aportado a acentuar su celebridad y renombre. 

“La narrativa para la composición se la conté a mi amigo Hilario, pues yo fui el que la conoció de primera mano, y se la sugerí para que la escribiera. La grabé para el sello Eva, más o menos en 1958”, recordó Aníbal a Zona Cero para la elaboración de esta nota periodística.

Angarita era peluquero, y además tenía una cacharrería en la calle 36 con carrera 41, cerca al antiguo Ley del Centro, donde antaño solían coincidir los músicos de Barranquilla para concertar contratos, tertuliar, e incluso definir grabaciones.

Jorge Maida, miembro de la Logia.

Además del ‘Turco perro’ a Hilario Angarita le aparece como de su autoría el ‘Profesor zorro’, otro de los grandes éxitos de Aníbal Velásquez, anotó por su parte el investigador musical Arnold Tejeda.

“Me gustaría mucho encontrarme de nuevo con mi amigo Hilario, hace años que no se de él, creo que debe estar rico por las regalías del ‘Turco perro’ y de los otros discos”, indicó con algo de humor el Mago del Acordeón, en el diálogo con este medio.

El artista recuerda perfectamente el episodio con aquel ‘turco’, don Jorge Maida, sin embargo manifiesta que perdió todo contacto con él.

“Fue un encuentro fugaz de parranda, en el que charlamos lo de la ‘pelá’ que llegó a buscarlo. Se me encendió el bombillo y después le conté a Hilario para musicalizarlo”, remata Aníbal Velásquez en la charla telefónica desde su residencia.

De la vida del 'Turco perro'

Jorge Maida Abdenur hizo parte de las olas migratorias que abandonaron Siria a principios de la Segunda Guerra Mundial.

“Salió por barco en 1939 cuando tenía 11 años, nos contaba que el país estaba convulsionado, y que el tío Abraham Maida les pidió a nuestros padres, Antonio Maida y Sara Abdenur, que se lo enviaran a El Banco que acá había mucho por hacer”, narra Judith Maida Abdenur, hermana de Jorge.

A Colombia ingresó por Puerto Colombia, pernoctó en Barranquilla y siguió de inmediato a El Banco, donde Abraham tenía un almacén en el que vendía telas, hilos y botones.

En cuanto terminó de desempacar el pariente le entregó la mercancía que debía salir a vender. 

"Jorge no hablaba nada de español, pero el tío lo tranquilizo: ‘Hazte entender por señas, la gente de por aquí es alegre y buena, y te comprenderán", dijo también Judith sobre la historia que hay en la familia sobre el arribo de su hermano a Colombia.

Jorge Maida, su esposa, Layne Luqueta; y sus hijos Judith, Jorge Elías y Yamile Maida Luqueta.

“Mi papá decía entre risas que lo primero que aprendió a pronunciar en un español confuso fue: ‘Todo un peso’, el precio de los cortes de tela que vendía”, expresa la hija Yamile, sin evitar sonreír.

A costa de mucho esfuerzo Jorge Maida amasó un capital suficiente para montar en El Banco su propio negocio, el almacén de telas y mercería Damasco, una fábrica de confecciones, e incursionar en la ganadería.

Con esa solvencia económica decide en 1978 mudarse a Barranquilla con su esposa, Layne Luqueta, y sus hijos Jorge Luis, Judith y Yamile.

Aquí organizó la tienda ‘La Avalancha’, carrera 45 con calle 70; luego el almacén Fanny, en la plaza de San Nicolás; y la  cacharrería Colombia, en la calle 30. También tuvo la finca ganadera El Rodeo, cerca de Sabanalarga.

En Barranquilla los negocios le marcharon con buen viento, y rápidamente se integró a la nutrida colonia árabe. También se vinculó a la Gran Logia del Norte de Colombia, sede Barranquilla, en la que alcanzó la categoría de Gran Maestro y Grado 33.

Esa dinámica social al margen de los negocios lo hizo también miembro de entidades como el Club de Leones Monarca, Club Rotario, Hermanos de la caridad y del Automóvil Club de Colombia.

El único disco que bailaba 

En fiestas familiares y celebraciones de coterráneos, el ‘Turco perro’ era el único disco que sacaba de su asiento y ponía a bailar a Jorge Maida.

“Esa canción se convirtió en una especie de himno de la comunidad árabe, y mi papá siempre que lo escuchaba se emocionaba y saltaba a tirar paso a la pista, aunque él ya no era hombre de bailes y rumbas”, cuenta la hija Yamile.

El más reciente registro de Maida Abduner bailando el ‘Turco perro’ lo conserva la familia en un video captado en la Guacherna fluvial de 2017.

Hacía parte con un grupo de amigos y parientes de una fiesta de Carnaval, a bordo de una embarcación que recorría el río Magdalena frente a Barranquilla (ver las imágenes).

A Maida lo recuerdan todos los que lo conocieron e intimaron con él como un tipo afable, de sonrisa fácil, trato cortés, dado a dar consejos, “el clásico buena gente”, como se dice coloquialmente.

“También asimiló la gastronomía  costeño, se desvivía por un bocachico, un bagre en salsa, todos esos platos típicos”, rememoró Yamile.

En estos últimos años, antes de la pandemia, Jorge Maida y un grupo de seis o siete amigos de la comunidad árabe se reunían religiosamente, de lunes a viernes, entre 2 y 6 de la tarde, a tertuliar y ver pasar la vida en la plaza de comidas del centro comercial Buenavista I. 

“Solo tomaban agua y alguno que otro mecato, pero los viernes el ambiente cambiaba y disfrutaban de una buena botella de whisky”, concluyó Iván Herrera sobre su amigo Jorge Maida Abdenur, el ‘Turco perro’, disco que inspiró y que seguirá sonando y bailándose por siempre.

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