La explotación petrolera contrapone a los aliados Lula da Silva y Gustavo Petro
Petro aboga por reducir la dependencia del petróleo y hasta suspender la explotación de hidrocarburos en Colombia, Lula considera la idea "irreal".
Luiz Inácio Lula da Silva festejó la elección de Gustavo Petro como presidente de Colombia por sus afinidades políticas e ideológicas y el colombiano fue aún más efusivo tras la victoria del exlíder sindical en las presidenciales de octubre en Brasil, pero la explotación petrolera los contrapone.
Mientras Petro aboga por reducir la dependencia del petróleo y hasta suspender la explotación de hidrocarburos en Colombia, Lula considera la idea "irreal" y ha dejado claro que la gigante petrolera Petrobras será otra vez una herramienta privilegiada en su tercer mandato presidencial.
Lula no sólo se enorgullece de las conquistas de Petrobras en sus dos primeros mandatos (2003-2010), como el descubrimiento de las codiciadas reservas del presal y el autoabastecimiento de combustibles garantizado por Brasil, sino que tiene entre sus fotografías más icónicas una en la que viste el uniforme de la estatal y muestra sus manos manchadas de petróleo.
El presidente electo ya tiene planes para fortalecer Petrobras, frente al desmonte promovido por el ultraderechista Jair Bolsonaro con la venta de decenas de activos de la estatal y para usar la empresa como herramienta para promover inversiones, no sólo en el sector petrolero sino también sociales y ambientales.
Lula también considera que el petróleo seguirá siendo importante en la matriz energética por muchos años y que Brasil, actualmente noveno productor mundial, tiene que aprovechar la riqueza de sus reservas hasta que pueda.
Propuesta "irreal"
Por eso calificó como "irreal" la propuesta de Petro de crear una "gran coalición de fuerzas que puedan hablar mucho más fuerte en el contexto mundial de cara a la lucha contra el cambio climático, y de poder pasar en América Latina a economías descarbonizadas, productivas y basadas en el conocimiento".
El colombiano propuso la creación de un bloque latinoamericano contra los combustibles fósiles cuyos miembros dejen de explotar inmediatamente petróleo.
"Petro tiene derecho a proponer lo que quiera. Pero en el caso de Brasil, esto no es real. En el caso del mundo, no es real", respondió entonces Lula, en entrevista a la revista Time, al ser interrogado sobre la propuesta del que será uno de sus principales aliados ideológicos en el continente.
"Mientras que no dispongamos de energía alternativa, tenemos que utilizar la energía disponible. Eso vale para Brasil y vale para todo el mundo", agregó Lula.
Sin embargo, Petro insiste en que la lucha contra la crisis climática y la salvación de la humanidad pasan por el fin de los combustibles fósiles a pesar de las advertencia de economistas sobre el impacto negativo que el fin de la exploración y extracción petrolera causaría en las finanzas colombianas, y en la COP27 reunida en Egipto subrayó ayer esa postura.
"La crisis climática solo se supera si dejamos de consumir hidrocarburos, es hora es desvalorizar la industria, con fechas definidas para su final", afirmó Petro, quien además planteó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) inicie un "cambio de deuda por inversión en la adaptación y mitigación al cambio climático" y que "la banca privada y multilateral del mundo debe dejar de financiar la economía de los hidrocarburos".
Petrobras fortalecida
Lula, por su parte, no descarta apostar por la transición energética pero aclara que es necesario establecer un plan de largo plazo que permita ir reduciendo el consumo de petróleo en la medida en que se le vaya sustituyendo por energías alternativas.
Pese a que defiende que Petrobras vuelva a invertir en energías alternativas, como llegó a hacerlo en su Gobierno con el etanol y el biodiesel, los planes de Lula para Petrobras son los de continuar explorando y extrayendo petróleo, e incluso ampliando su presencia en el refino.
El Partido de los Trabajadores ha dejado claro su rechazo a la actual política de Petrobras de distribuir millonarios dividendos entre sus accionistas -incluyendo el Estado como mayoritario- y su deseo de que todas las ganancias de la empresa sean reinvertidas.
"Concluidas las elecciones Petrobras retoma su sangría. Están preparando la distribución de 50.000 millones de reales (unos 10.000 millones de dólares) en dividendos. Rechazamos esa política que limita su capacidad de inversión y sólo enriquece a los accionistas. Petrobras tiene que servirle al pueblo", afirmó el jueves la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.
Igualmente rechaza la política de venta de activos en áreas no estratégicas promovida por Petrobras en los gobierno de Michel Temer y de Bolsonaro y que dejaron a la estatal por fuera de sectores como la distribución de combustibles, el transporte de gas y la producción de fertilizantes y redujeron su participación en el refino.
Lula ha criticado además la venta de activos y manifestado su intención de que la empresa aumente su inversión en la explotación y vuelva a invertir en refinerías.
EFE