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Riohacha: 476 años de magia y cultura

Aterrizar en este epicentro geográfico, situado en un contexto clave y estratégico que conecta fronterizamente a los colombianos con el país vecino de Venezuela y viceversa, evoca en mi alma y mi pensamiento el gran aporte histórico y cultural que esta hermosa ciudad le ha brindado a Colombia.

Tan solo recorrer sus paisajes y deleitar la vista con las hermosas playas, restaurantes, hoteles y demás actividades gastronómicas y artesanales que tiene y que a la vez fungen como fastuosos paraísos que estimulan el sentido de pertenencia desde la perspectiva social, es rememorar el respiro de tranquilidad que irradia en mí una tierra que contiene una alta fibra de belleza natural.

En este contexto, este deleite se extiende también hasta mi paladar, pues gracias a la gastronomía exótica de la ciudad, compuesta por los diferentes platos típicos que nos ofrece este paradisiaco lugar, tuve la oportunidad de dejarme seducir por el encanto y gusto que me produjo disfrutar una comida verdaderamente fantástica.

De este modo, esta exquisita delicia no solo permite enamorarnos a los comensales con el sabor de este rico sazón, sino ser testigos de cómo Riohacha, en este sentido, se ha venido convirtiendo en uno de los sectores primarios de la economía de la región, permitiéndonos a propios y visitantes, como yo, reconocer los elementos que le propician a esta, la capital guajira, un gran valor patrimonial.

Panorámica de Riohacha, capital de La Guajira.

En este orden de ideas, mi visita a la celebración de este espléndido aniversario, me puso en sintonía, una vez más, con otro de los atractivos que también despiertan gran interés en nacionales y extranjeros que visitan de manera frecuente a esta hermosa ciudad, y es el Festival “Francisco el Hombre”, considerada una de las actividades musicales y culturales más grandes que se lleva a cabo todos años, en honor a este ilustre hijo de la región que nació en Machoballo, y es reconocido como el padre acordeonista de la música Vallenata. Paralelo a ello, resalto con vehemencia y admiración el famoso Festival y Reinado Nacional del Dividivi, que se desarrolla anualmente como homenaje al árbol del Dividivi, una vegetación simbólica que exalta la flora natural del departamento de La Guajira.

Sumado a lo anterior, contemplé ante la vistosidad de mis ojos la exhibición en las playas de sus extraordinarias artesanías hechas a mano por los indígenas para su sustento, especialmente las famosas “mochilas wayúu”, sombreros, pulseras, collares, llaveros, mantas y demás artículos, toda vez que estos se convierten en una gran vitrina comercial para fomentar la economía y el turismo. Precisamente, este es uno de los escenarios donde pude palpar cómo la majestuosidad de este lugar les propicia a los turistas disfrutar el paisaje en cualquier momento de la cotidianidad, desde el amanecer y atardecer hasta caer el anochecer.

De manera que esta esbelta diversidad cultural que pude apreciar, se complementa afablemente con la riqueza arquitectónica que logré observar y admirar gracias a las edificaciones históricas que rodean el centro de la ciudad. A través de este recorrido que orgullosamente realicé, vislumbré lugares tan emblemáticos y tradicionales como la Plaza Central Padilla y la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios, respectivamente, así como la antigüedad de sus tradicionales calles.

En concordancia con esta significativa multiplicidad, logré constatar como la ciudad ha podido avanzar en proyectos de renovación urbana y desarrollo territorial. Uno de sus logros que más me llamó la atención es la gestión que anunció el alcalde Dr. José Ramiro Bermúdez, frente a la construcción del alcantarillado pluvial para beneficiar a unas comunas importantes del Distrito.

Del mismo modo, destaco el arduo trabajo que viene adelantando la Alcaldía Distrital para auspiciar, en el marco del convenio de cofinanciación suscrito con el Departamento de Prosperidad Social, la construcción de la nueva Galería de mercado con enfoque turístico y cultural, para dignificar la vida de cientos de ciudadanos que en la actualidad no cuentan con un espacio acorde para la comercialización de sus productos. En tal aspecto, me parece loable que, a través de este proyecto, la administración distrital promueva la recuperación del espacio público, lo cual, a su vez, impactará formidablemente en el mejoramiento de la movilidad y el entorno de una de las zonas más importantes de la ciudad, como es el centro histórico.

Ahora bien, desde la óptica integral en que observo estas iniciativas importantes, me permito exaltar cómo, en este punto, el sector deportivo se verá también notablemente fortalecido a partir de las obras de remodelación y adecuación que tendrá la infraestructura de aquellos recintos como el Estadio Federico Serra Soto, cuyo propósito es mejorar la práctica deportiva.

Por eso, gracias a esta maravillosa visita que realicé en mi condición de Senador y Presidente de la Comisión Especial de Vigilancia al Proceso de Descentralización y Ordenamiento Territorial, haremos seguimiento para que los compromisos pactados en la Sesión Descentralizada que se llevó a cabo esta semana, se cumplan exitosamente.

Con ello, esta ciudad que fue fundada hace 476 años, me permitió, nuevamente, contemplar este arcoíris turístico, cultural y urbanístico para retratar las potencialidades que posee, con miras a proyectar la imagen de este colorido natural a nivel nacional e internacional.

Es así como, de forma constructiva y positiva, concluyo mi estancia por la capital de La Guajira, evidenciando, perimetralmente, cómo esta enriquecedora metrópolis urbana junto a la misticidad de sus etnias, busca ratificar, año tras año, su esfuerzo pujante y lucha constante por preservar y mantener en el tiempo las costumbres y hechos relevantes de la Riohacha de ayer y hoy.