Share:

Otra afrenta más a los jueces

Pensaba escribir esta columna sobre la más reciente afrenta de Claudia López a la rama judicial. Pero la respuesta del presidente de la Corporación de Jueces, increíblemente, la opacó.

Hace unos días la alcaldesa de Bogotá criticó a la rama judicial de nuestro país, a la que llamó “Rama de la Impunidad”, y afirmó que: “Mientras el sistema judicial en Colombia crea que robar es un deporte y no un delito, vamos a seguir teniendo dificultades”.

Las respuestas no se hicieron esperar. Pero una de ellas me cautivó e hizo que perdiera todo interés en las barbaridades de la alcaldesa.

El magistrado Hermes Darío Lara Acuña es el presidente de la Corporación de Jueces y Magistrados. A juzgar por lo que la propia Corporación publica, parece ser que sale con relativa frecuencia en medios. En la página web se exhiben varios pantallazos de noticias en El Espectador, RCN, El Colombiano, Ámbito Jurídico, entre otros medios, en que opina sobre diversos -y muy variados- temas del debate nacional.

La más reciente aparición fue en La W Radio el pasado 29 de octubre a propósito de las declaraciones de la alcaldesa. Durante cerca de 20 minutos, Lara se despachó implacablemente contra ella. Dijo que los jueces merecían respeto, que hacen su trabajo de aplicar la ley y que lo dicho por ella afecta mucho la credibilidad del sistema judicial. En todo ello, tiene razón; pero quizás sea lo único.

Al aire, el actual Magistrado del Tribunal Superior de Bogotá expresó que a “Le quedó grande la seguridad a la alcaldesa” y que “como buena política lo que hace es inventar”. Al ser increpado por la cifra referida por la alcaldesa -que 8/10 detenidos quedan en libertad por orden de los jueces- dijo que mintió a la opinión pública. Sobre la Fiscalía, aseguró que “se ha convertido creo que desde que inició en un fortín político que no ha permitido una policía judicial seria” y que las libertades se deben, más que a los jueces, a “la ineficiencia del trabajo policial y de la fiscalía para hacer bien su trabajo”.

Por momentos, la entrevista parecía más propia de un activista que de un funcionario judicial. El magistrado se quejó de que los jueces -a diferencia de fiscalía y policía- son los únicos que no cuentan con “los buenos mecanismos de publicidad (…) para defensa ante la presión popular” y pidió a los periodistas ser los “garantes” de una reunión que ha solicitado con Claudia López.

Que un juez de la república se exprese así es muy lamentable, pero preocupa mucho cuando es un magistrado que pertenece a la sala que hace segunda instancia a todas las sentencias de Bogotá. Por encima de él, en la jerarquía judicial, solamente están los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Para colmo de males, fue presentado de forma tal que cualquier incauto oyente podría llegar a pensar que habla en nombre de los jueces del país (así, de hecho, fue titulada la noticia de esta respuesta en varios medios).

Desconozco cuántos magistrados y jueces se encuentran afiliados a esta corporación, y mucho menos sé cuántos de ellos se sentirán representados por las afirmaciones de su presidente. Pero el hecho de que uno solo de ellos se exprese de esa manera ya me parece suficientemente lamentable. Afirmar que las libertades son el reflejo de un mal trabajo de la fiscalía, que el ente acusador es un fortín político y que el buen político miente me parece tanto o más grave que las expresiones contra las cuales buscaba reaccionar.

Es cierto que la justicia no atraviesa por su mejor momento. Más allá de la impresión subjetiva que cada quien pueda formarse sobre uno o varios jueces de cualquier parte del país, sería ingenuo ignorar los muy reales problemas que tiene el sistema judicial como un todo en materia de corrupción, congestión y formación. Pero es por eso, precisamente, que hay que cuidar ahora la imagen de la justicia con más ahínco que antes. Hay que ser muy cautos ahora que cada herida lastima tanto.

Nótese la paradoja de este caso: la crítica de Claudia López me hizo admirar la labor de los jueces y, en cambio, la respuesta del magistrado me causó pena. En mi opinión, esta es una afrenta a la administración de justicia que no merece menos repudio que aquella. Incluso, creo yo que le han hecho más daño a la rama las declaraciones del magistrado Lara que las de la alcaldesa López. Con buena razón, se dice que los jueces solo deben hablar a través de sus sentencias.

Imagen referencial