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La serie 'Medusa' y su mofa a la identidad de Barranquilla y el Caribe

Si bien las producciones audiovisuales construyen narrativas que impactan la percepción de una sociedad, no podemos permitir que esas representaciones se basen en estereotipos groseros que aporten prejuicios de la realidad. Tal es el caso de la serie 'Medusa', la reciente serie de Netflix que, en vez de resaltar la riqueza cultural de Barranquilla y el Caribe colombiano, recurre a una visión caricaturesca y reduccionista de nuestra idiosincrasia.

Es lamentable que esta producción tergiverse y exagere el acento costeño, presentando una realidad errada de nuestra región. Barranquilla y el Caribe colombiano son una tierra con una gastronomía exquisita, que va más allá de la butifarra y la caribañola; pues su cocina es diversa, reflejando la fusión de culturas que nos caracteriza.

Barranquilla es mucho más que "Eche”, “Nojoda”, “Cuadro". Somos una ciudad cosmopolita, que se ha convertido en un punto de encuentro para personas de todas las ciudades de Colombia, quienes encuentran aquí oportunidades y calidad de vida. Además, Barranquilla es hoy epicentro de turismo de negocios, turismo médico y turismo de entretenimiento, gracias a años de desarrollo y a una evolución en materia de infraestructura turística que merece ser mostrada con dignidad y respeto; y esa es la ruta que tenemos que seguir impulsando y sobre la cual seguiremos trabajando.

Con 'Medusa' se perdió la oportunidad de mostrar realmente la ciudad diversa y multifacética en la que se ha convertido Barranquilla. Es preocupante que, en pleno siglo XXI, Netflix muestre historias con estigmas. En lugar de brindar una mirada auténtica y respetuosa de Barranquilla y el Caribe, 'Medusa' proyecta una imagen distorsionada que ignora nuestras realidades, generando morbo y entretenimiento superficial. El daño que esto causa va más allá de lo anecdótico: contribuye a una percepción errónea que afecta desde el turismo hasta las oportunidades laborales para quienes llevan con orgullo su acento y su identidad.

Como costeños no podemos permitir que los problemas sociales del caribe sean caricaturizados a una versión exagerada y burlesca, ya que es una falta de respeto. Las producciones deberían tener más rigor investigativo para retratar historias que realmente visibilicen nuestra riqueza cultural sin caer en la mofa. No vamos a tolerar seguir siendo objeto de burla bajo el disfraz del entretenimiento.

Invito a la audiencia a reflexionar sobre el impacto de estas producciones y a exigir narrativas que reflejen la verdadera esencia del Caribe colombiano. No se trata de censura, sino de responsabilidad y compromiso con la dignidad de una región que ha dado tanto a Colombia y al mundo. Es hora de que nuestra cultura sea mostrada con el respeto y el orgullo que merece.