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Fingering, el placer digital

De vez en cuando, la forma en la que vives tu sexualidad, debe alejarse de tu zona de confort y, para lograrlo, lo ideal es experimentar de otras maneras, bien sea solo o en compañía. Con eso en mente, hoy les hablaré de una técnica de estimulación sexual que llevará su placer a otro nivel.

Seguramente la han practicado, solo que no conocían su nombre, se trata del fingering o dedeo, que no es más que estimular manualmente el clítoris, la vulva, la vagina y el ano, en el caso de la mujer, y, en el hombre, el pene, los testículos y el ano.

Puede ser una actividad en sí misma; es decir, que se dedique todo el encuentro sexual a practicarla, o bien podría estar acompañada de otras prácticas… Ustedes deciden.

La sexóloga clínica, Analía Pereyra, explica que es una práctica recomendada para entrar en clímax: “Se puede estimular el clítoris de manera  indirecta, comenzar por los labios mayores, avanzar hacia los menores y rodear al glande del clítoris sin ejercer presión. En el caso del ano, es recomendable comenzar acariciando suave y en su parte externa, hasta que la persona va pidiendo que un dedo ingrese”.

Pereyra asegura que esta técnica es una aliada indisoluble de la comunicación asertiva y de romper tabúes sobre la cultura coitocentrista: “El fingering ayuda a la comunicación en la pareja, a ir conociéndonos y poder pedir cómo y de qué modo nos gusta avanzar. Si se combina con el sexo oral, las sensaciones pueden ser extraordinarias y ni se necesitará la penetración coital”, explica.

Por su parte, la médica sexóloga clínica, Romina Barraza, asegura que el dedeo cumple un rol imprescindible en los juegos previos: “Es una práctica, absolutamente, necesaria en los encuentros sexuales para que se produzca la excitación y, muchas veces, el deseo. Esto tiene que ver con la respuesta sexual, que, en las personas con vulva, por ejemplo, cuando hay una pareja de larga data, primero aparece la excitación sexual ante un estímulo adecuado como éste, y después aparece el deseo”. 

Barraza enfatiza que: “La penetración puede ser estimulante, pero no es lo único ni lo primero que se debe hacer. El 80% de las personas con vulva no llegan al orgasmo por penetración; y acá es donde el fingering cobra protagonismo”.

La doctora Analía Pereyra recomienda que masajear la zona del clítoris, la vulva y los labios aumenta la circulación sanguínea y permite el llenado de sangre de los bulbos del clítoris que son los que generan la lubricación.

Como toda técnica, esta necesita una guía detallada que te permitirá tener una experiencia muy placentera y #sinrecato:

Es fundamental mantener las uñas cortas y limpias. Es una zona ultrasensible y cualquier movimiento brusco puede provocar ligeros desgarres.

Debe ser un proceso paulatino. Empezar con caricias y, en la medida que su pareja lo autorice o lo solicite, puede estimular con sus dedos la zona genital (vagina o ano).

El uso de los lubricantes es importante, aunque los hombres y las mujeres lubriquen naturalmente, es importante una ayuda extra que evite incomodidades.

Se puede recibir simultáneamente autoestimulación en una zona y otra.

Es muy importante la comunicación, guiar a la persona para que estimule o toque la zona que nos da placer, tomar sus dedos, llevarlos a ese lugar y decirle cómo quiere que sea el movimiento y la intensidad.

Por su parte, la doctora Romina Barraza destaca otros aspectos no menos importante para disfrutar del fingering:

Conocimiento de la anatomía, en especial la femenina. El clítoris es muy sensible y así como puede sentirse mucho placer, también puede pasar al dolor. Por eso es importante que, al iniciar el estímulo, este sea suave, para ya después poder ir aumentando la intensidad de los movimientos.

Si va a estimular la vagina (parte interna de la vulva), la parte externa es la que tiene mayor sensibilidad, es decir, los primeros 3 o 4 centímetros.

Si desea encontrar el Punto G, debe presionar suavemente y con movimientos circulares la pared anterior de la vagina, que está localizada en la parte interna del canal vaginal en dirección al abdomen bajo.

Triple placer: Se pueden estimular tres lugares a la vez. Mientras practican sexo oral, estimulan la vagina con la mano y con la otra los pechos, o el pubis, o el ano o acarician otras partes de la vulva.

En el caso de los hombres, mientras le practican sexo oral, pueden estimular el perineo, el ano y las tetillas, que es una zona erógena bastante sensible en los caballeros.

Si van a estar con varias personas a la vez, deben usar protección. Pueden usar preservativos o guantes de látex, también existen los dediles de látex, que no son más que preservativos para los dedos.

Si quiere disfrutar, no olvide protegerse, así que se recomienda cambiar estos dediles entre una persona y otra, para no mezclar fluidos y evitar infecciones de transmisión sexual (ITS). También cambiarlos al pasar de la zona anal a la vaginal y viceversa.

Cuando el estímulo es el adecuado, no es necesario que ella esté desnuda para alcanzar el clímax, con los toques necesarios, puede hacer que llegue al orgasmo con la ropa puesta.  

Los anillos o vibradores también le darán un plus a la masturbación. Recuerde que dar placer es tan o más placentero que recibirlo, es una sinfonía experimentar el placer a través del otro y verlo gozar sin esperar nada a cambio.

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