A la captura del presidente de la compañía y otros ejecutivos se le suma el castigo de S&P, que le bajó la calificación.

Mientras que la compañía brasilera Odebrecht, sumida en un complejo escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, pierde cada vez más su reputación como empresa confiable ante los ojos del mundo, en Colombia, por el contrario, sigue en firme como socia en proyectos de suma importancia para el país y que comprometen billones de pesos en recursos.

A finales de junio, la calificadora estadounidense Standard and Poor’s catalogó a la compañía brasilera con una calificación de su deuda de BBB a BBB-, con perspectiva negativa, lo que incrementó el riesgo de su reputación.

La calificación de la agencia estadounidense S&P se dio en respuesta a la captura de los altos ejecutivos de la compañía, entre ellos Marcelo Odebrecht y Otávio Azevedo, quienes presidían la compañía.

Por su parte, el Gobierno Nacional simplemente emitió un comunicado en el que reconocía la “presunción de inocencia” de la compañía y por tanto no tomó ninguna medida para frenar los procesos de contratación que podrían poner en riesgo los recursos del país destinados a grandes proyectos bajo su control.

Odebrecht hace parte del consorcio Navelena, que tiene la responsabilidad de recuperar la navegabilida del Río Magdalena. Solo en esta megaobra están comprometidos 2,5 billones de pesos para invertir en los próximos 13 años.

Otra contratación que podría generar riesgo es la ruta del Sol Fase II, adjudicada al consorcio Ruta del Sol S.A., del cual hace parte Odebrech y en el que se invertirán 3,6 billones de pesos para la construcción del sector 2 (Ocaña-Gamarra) con una extesión de 528 kilómetros de carretera.

Según el ministerio de Transporte, existen herramientas como la “cesión de contrato, la aplicación de multas de incumplimiento, entre otras”, para asegurar la construcción de las obras.