El Tribunal Supremo de EE.UU. aplazó la ejecución prevista para hoy en el estado de Alabama de Thomas Arthur, un reo condenado a muerte por asesinar en 1982 al marido de su entonces amante a cambio de 10.000 dólares.

Con el de hoy, Arthur se ha librado de la muerte las siete veces en las que el estado de Alabama ha tratado de ejecutarlo desde el 2001, pero que gracias a los recursos presentados por sus abogados ha logrado eludir siempre la cita con el verdugo.

En esta ocasión, la defensa recurrió el protocolo de ejecuciones de Alabama y el sistema estatal de pena de muerte, único en el país después de que el Supremo tumbara uno similar en Florida a inicios de este año.

Pasadas cinco horas de la hora prevista para la ejecución, los magistrados decidieron aplazarla para ganar tiempo para deliberar, aunque no le dieron la razón a Arthur.

El 1 de febrero de 1982, Arthur mató de un disparo en el ojo a Troy Wicker mientras este dormía en su vivienda de Muscle Shoals, una población mediana del noroeste de Alabama.

A Arthur lo contrató la esposa de Wicker, Judy Wicker, que a su vez era su amante y que le pagó 10.000 dólares por el encargo.

Tres meses después, ambos fueron detenidos. Arthur fue condenado a muerte y Wicker recibió una cadena perpetua, aunque logró salir bajo libertad condicional tras cumplir diez años de cárcel.

En 1986, Arthur se fugó de la cárcel tras disparar a un guardia -que sobrevivió- en el cuello y escapó a Tennessee, donde fue detenido semanas después por robar un banco y extraditado a Alabama.

Estados Unidos ha ejecutado a 17 presos en lo que va de año y 1.439 desde que en 1976 el Tribunal Supremo reinstauró la pena de muerte en el país.

Alabama ha llevado a cabo 57 de esas ejecuciones.

En dos semanas, el Estado de Georgia planea terminar con la vida de otro reo -Steven Spears- que fue condenado a muerte por asesinar a su exnovia en 2001 y que ha renunciado a presentar recursos para acelerar así la ejecución.

EFE