La autodenominada ‘G9 an Fanmi e Alye’, según la Policía la banda delincuencial más poderosa de Haití, convocó hoy lunes una curiosa protesta masiva en las calles de Puerto Princípe, para exigir reformas políticas en la convulsionada nación insular, tras el magnicidio del presidente Jovenel Moise.

La organización delictiva agrupa a otros grupos menores, y es el principal agente de inseguridad en la capital.

La dirige un expolicía de nombre Jimmy Cherizier, alias 'Barbecue', de quien se decía era cercano al asesinado presidente Jovenel Moise.

Sin embargo, en los dos últimos meses habían marcado diferencias, afirmaron medios impresos haitianos.

Ante la amenaza de estas protestas, la Policía Nacional anunció que estará alerta para impedir cualquier movilización urbana en la capital.

Al tiempo aconsejó a la gente no acatar la orden de ‘Berbecue’, y mantenerse en sus casas, y en sus  actividades normales.

A través de un comunicado dado a conocer en los medios de comunicación del país, la institución armada advirtió a la población que toda manifestación en la vía pública “está prohibida en virtud del estado de sitio vigente”.

Esta medida fue impuesta por el Gobierno desde el mismo miércoles, horas después del magnicidio.

“En ese sentido las fuerzas del orden están instruidas para tomar todas las medidas coercitivas necesarias contra los participantes”, agrega la nota oficial.

El pasado primero de julio alias ‘Berbecue’ encabezó una singular manifestación en las calles de Puerto Príncipe con miembros del G9 armados de fusiles y armas automáticas, en la que exigían la renuncia de Jovenel Moïse.

Desde junio pasado la confrontación de las bandas delictivas que actúan en Puerto Príncipe, ha sido pan de cada día.

Luchan por el control territorial para la venta de drogas y armas en algunos sectores de la capital.

De acuerdo con la prensa haitiana los choques entre estos grupos delictivos han dejado decenas de muertos y heridos.

También se estima que unas 17 mil personas han sido desplazadas de sus hogares, algunas por voluntad propia, huyéndole a la violencia, y otras forzadas por la criminalidad directa de estas bandas. 

El fenómeno se da especialmente en los barrios de Martissant, entrada sur de Puerto Príncipe, y en Delmas, en pleno corazón de la capital.