El presidente brasileño, Michel Temer, consideró la canonización de los primeros 30 mártires que hubo en el país, proclamada hoy por el papa Francisco, como un "mensaje de paz" que invita a la "solidaridad" en un mundo de "extremismos".

Los nuevos santos brasileños, proclamados hoy por Francisco en El Vaticano junto a un español, un italiano y tres niños indígenas mexicanos, están encabezados por los sacerdotes Andrés de Soveral, Ambrósio Francisco Ferro y el laico Mateus Moreira, que con otros 27 compañeros fueron asesinados entre el 16 de julio y el 3 de octubre de 1645.

Los responsables de ese hechos fueron protestantes calvinistas holandeses instalados en el norte de Brasil en aquella época, que en esa región estuvo marcada por profundos conflictos religiosos.

Los 30 mártires de Cunhaú y Uruaçu, como se les recuerda y venera desde hace siglos en Brasil, habían sido beatificados en marzo de 2000 por el papa Juan Pablo II, en una ceremonia realizada en la Basílica de San Pedro.

Temer afirmó en una nota oficial que fueron personas "que dieron la vida en nombre de la fe y de la devoción", y recordó que el acto de canonización ocurrió hoy, tres días después de la conmemoración del 300 aniversario del descubrimiento de la imagen de Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil.

"Esa feliz sucesión de eventos renueva, en decenas de millones de brasileños, la virtud mayor de la caridad cristiana" y "renueva la disposición colectiva para, por medio del diálogo, llegar a la comprensión del otro", señaló.

Temer consideró ese hecho "particularmente significativo en este momento de la historia", en que "el mundo trae, infelizmente, marcas de extremismos e incertidumbres", y en el que "la capacidad de cooperar y actuar en conjunto está sometida a duras pruebas".

Según el gobernante, "es urgente rescatar la solidaridad entre individuos y entre naciones", renovar la "esperanza" y seguir los consejos del papa Francisco, quien "en reciente homilía afirma que la esperanza es el impulso del corazón de quien acoge, el deseo de encontrarse, conocerse y dialogar".

Ese espíritu, apuntó Temer, está presente en la canonización de los mártires brasileños, que "fueron víctimas de la intolerancia" y que legaron al mundo "una importante enseñanza: seamos todos mensajeros de la paz y el entendimiento".

EFE