ONU señala vínculos entre narcotráfico y blanqueo en los Papeles de Panamá
Advierte sobre el enorme impacto que el narcotráfico tiene en el medioambiente de los países de América Central y del Caribe.
La publicación de los llamados Papeles de Panamá demuestra el aumento de las actividades relacionadas con el narcotráfico en Centroamérica y la existencia de redes de blanqueo de dinero, según recoge un informe de la ONU publicado este jueves en Viena.
"La magnitud del aumento de las actividades delictivas relacionadas con el trafico de drogas en los países de Centroamérica se confirmó con la publicación de los llamados papeles de Panamá", señala la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) en su reporte sobre el mercado de la droga en 2016.
Ese informe recuerda que los documentos filtrados, provenientes del bufete panameño de abogados Mossack Fonseca, llevaron al descubrimiento el pasado mayo de "una red delictiva internacional dedicada a blanquear el producto del narcotráfico".
El documento de la JIFE indica que las operaciones policiales "han sacado a la luz las redes internacionales existentes en Centroamérica y el Caribe y los métodos que se utilizan en la práctica para blanquear el producto de las actividades delictivas, en particular del narcotráfico", advierte la JIFE.
Ese organismo independiente dentro del sistema de Naciones Unidas señala que la DEA (la agencia antidroga de Estados Unidos) ha detectado que una red había adoptado un sistema de blanqueo basado en el contrabando de grandes cantidades de efectivo y la emisión de facturas comerciales falsas.
También en relación con el lavado de dinero, la JIFE se refiere al enorme impacto que el narcotráfico tiene en el medioambiente de los países de América Central y del Caribe.
Así, la JIFE denuncia la compra de superficies forestales en zonas remotas que son transformadas en tierras de cultivo, "lo que permite a los grupos delictivos controlar el territorio en las regiones fronterizas y realizar una actividad que les facilita el blanqueo de dinero".
La JIFE constata que "la deforestación se ha intensificado en las zonas afectadas por el trafico de drogas", tanto por la construcción de carreteras y pistas de aterrizaje clandestinas como por los sobornos y coacciones para que los pueblos indígenas y otros habitantes de las zonas rurales abandonen sus tierras.
Respecto al impacto de la violencia, la JIFE indica que pese a que el número de homicidios siguió siendo elevado en 2016, las cifras se han reducido en los últimos años, aunque no en todos los países.
En Honduras, por ejemplo, la tasa de homicidios cayó entre 2014 y 2015 desde los 68 a los 57 homicidios por cada 100.000 habitantes.
En El Salvador, en cambio, el número de homicidios ha aumentado un 164 por ciento entre 2013 y 2015 en lo que la JIFE cree puede ser un efecto del fin de la tregua entre las maras o pandillas juveniles.
El informe señala que la región sigue siendo una de las principales rutas de tráfico de drogas desde los países productores de la región andina, especialmente Colombia, hacia Estados Unidos y, en menor medida, a Canadá y Europa.
Por ejemplo, en 2014, el 87 por ciento de la cocaína que entró en Estados Unidos lo hizo a través de Centroamérica y México y el 13 por ciento por el Caribe, sobre todo por Puerto Rico y la República Dominicana.
Respecto a otras drogas, las incautaciones de hierba de cannabis en el Caribe en 2014 supusieron el 13 por ciento del total mundial.
En relación a la adormidera, de la que se extrae el opio y la heroína, sólo se ha informado de su cultivo en Guatemala.
Se estima que la producción de opio secado en horno en este país pasó de cuatro toneladas en 2012 a catorce en 2014, aunque luego comenzó a bajar de nuevo en 2015.
En relación al consumo, la prevalencia de uso de cannabis fue del 2,9 por ciento en Centroamérica y del 2,5 en el Caribe, muy por debajo de las cifras de América del Norte, del Sur y Europa.
También el 0,6 por ciento de prevalencia de consumo de cocaína es casi tres veces menor que el del América del Norte.
EFE