Personal electoral en el conteo de votos en Chile.
Personal electoral en el conteo de votos en Chile.
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EFE

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"No estamos sintonizando con demandas y anhelos de ciudadanía": Presidente chileno

La meta es reemplazar la Constitución de la dictadura militar.

El Presidente de Chile, Sebastián Piñera, valoró este domingo que ni el Gobierno ni los partidos tradicionales están "sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía", tras conocer los resultados parciales de la elección de los 155 convencionales que redactarán una nueva Constitución.

"Estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y liderazgos. Es nuestro deber escuchar con humildad y atención el mensaje de la gente y esforzarnos por interpretar y responder mejor a las necesidades, anhelos y esperanzas de los chilenos", indicó el mandatario conservador.

En contra de todo pronóstico y con más del 70% escrutado, los independientes y la oposición obtuvieron más de dos tercios de los escaños para redactar la nueva Carta Magna, la primera que nace de un proceso plenamente democrático y participativo en la historia del país.

La derecha, que presentó una única lista conformada por partidos del oficialismo, es la gran perdedora de estos comicios al conseguir menos de un tercio de los escaños de la convención, el porcentaje necesario para influir en el texto y vetar artículos.

"La nueva Constitución es una gran oportunidad para que los chilenos nos reencontremos y para poder construir juntos los caminos del futuro", apuntó Piñera, en el cargo desde marzo de 2018 para un segundo mandato no consecutivo y con la aprobación popular más baja desde el retorno a la democracia.

En los países "sabios", agregó, las constituciones "no son el epicentro de los enfrentamientos y divisiones", sino "el gran marco de unidad, de estabilidad".

Con un sistema proporcional de conteo que favorece a los grandes partidos políticos, los independientes consiguieron un resultado inédito y son la primera fuerza de la convención.

Se trata de figuras ajenas a la política que buscan canalizar las demandas ciudadanas de la crisis social de 2019, y su irrupción es vista por muchos expertos como el comienzo de un nuevo modelo de política ciudadana y el certificado de defunción de los partidos chilenos.

Como vía para amainar y encauzar las masivas protestas que comenzaron en 2019 por un modelo socioeconómico más justo, el pasado octubre se celebró un plebiscito en el que casi el 80% de los ciudadanos votó por renovar la ley fundamental.

La asamblea constituyente, la primera paritaria del mundo y con 17 cupos reservados para pueblos indígenas, tendrá hasta un año para redactar el texto, que debe recoger "los valores y principios que viven en el alma de los chilenos", según la expresión de Piñera de esta noche.

Para lograrlo, afirmó, "los nuevos constituyentes deben generar un diálogo bien intencionado, que permita encontrar los amplios y necesarios acuerdos para darle a Chile una buena Constitución".

El proceso culminará en 2022 con un plebiscito de salida para aprobar o rechazar finalmente la nueva Carta Magna, que sustituiría a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y repudiada por su origen dictatorial y por privatizar servicios básicos como el agua o las pensiones.

"Cuando las elecciones son libres, transparentes, pacíficas y participativas, es la democracia y todos los demócratas los que ganan", añadió el mandatario. 

EFE

 

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